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Paula Wilson: "Los hospitales deben preparar planes de actuación frente a ciberataques"

"La fortaleza del sistema sanitario es que se entendió la importancia de la Atención Primaria"

Wilson, ayer, en Povisa. // A. Villar

Invitada por Povisa, ha acudido a Vigo a conocer el hospital. La máxima responsable de la concesión de las exigentes acreditaciones de calidad en asistencia sanitaria de Joint Comission International (JCI), Paula Wilson, ha recorrido medio mundo comprobando la seguridad de estos centros. Después del ciberataque que paralizó a varios hospitales en Inglaterra, cuenta que introducirán la necesidad de disponer de planes de actuación frente a ciberataques entre las exigencias para obtener su aval.

-¿Qué importancia tiene disponer de una acreditación como esta?

-La atención sanitaria puede ser peligrosa. Se pueden cometer errores. JCI creó todo un sistema estructurado para gestionar la seguridad y la calidad. Pedimos a los hospitales que muestren cómo gestionan el riesgo en base a nuestros estándares sobre control de infecciones, medicación, el edificio? Trece capítulos sobre los que el centro tiene que aprender y preocuparse. Y Povisa ha tenido mucho éxito. Ha superado el cuestionario dos veces y voluntariamente. Estar acreditado, dice mucho del hospital. Somos una organización sin ánimo de lucro de los EEUU y creo que somos los mejores en esto y tenemos el test más duro. Todas estas cosas ayudan al hospital a ayudar al paciente.

-Siempre hay un margen de mejora o un reto futuro. ¿Cuáles serían los de Povisa?

-Siempre los hay, pero es difícil para mí decirlo específicamente de Povisa porque no soy un encuestador. Por ejemplo, muchos hospitales trabajan en mejorar el control de infecciones, porque ninguno ha logrado tener cero. Povisa es diferente a la mayoría porque tiene una infraestructura destinada a calidad. Tienen a María Antonia [Muñoz, directora de Calidad], que cuenta con un equipo que vigila cada día los procedimientos y las prácticas, recoge los datos y los analiza. Progresan porque ven lo que hacen y tratan de hacerlo mejor. Y nunca acaban. Es un trabajo duro y todo empieza por los líderes. El empuje es lo más importante. No te estás preparando para la siguiente evaluación, sino para el siguiente paciente. En muchos centros vemos como la calidad sube para la evaluación, y vuelve a bajar en 18 meses. En Povisa hay un sistema que los mantiene.

-¿Cree que, en general, los centros sanitarios son conscientes de la necesidad de medir esto?

-Sí. Joint Comission empezó con esto en EEUU en 1950 y lo internacionalizó, con JCI, en 1999. Ya es un método muy establecido allí y fuera está creciendo. Hoy hay muchos más ministerios de sanidad interesados en calidad que hace 20 años. Fue en los 90 cuando, , gracias a investigaciones, empezamos a entender que a menudo pasan cosas malas en los hospitales. Hay mucho más interés, tanto en el sector privado como en el público y las exigencias de los pacientes también son mayores porque están más informados. Pasar este proceso les demuestra que este sitio es serio.

-¿ Cuántos hospitales tienen esta acreditación en España?

-Ocho hospitales y 35 organizaciones en total, con Primaria, residencias... España es importante para nosotros, ahora, porque cada año crece el número de solicitudes.

-¿ Qué fortalezas y debilidades ve en el sistema sanitario español?

-Una de las grandes fortalezas es que hay un soporte público que financia desde Atención Primaria hasta los niveles más altos de sanidad, a diferencia de EEUU y de otros muchos países, donde se va al hospital para todo, incluso para una prescripción. Probablemente esta sea la mayor fortalezas. Se entendió la importancia de primaria y la gente no tiene que irse lejos ni esperar mucho ni pagar mucho por ella.

-S u agencia trabaja en 90 países. ¿Cómo compararía la situación sanitaria de las diferentes regiones?

-Cuando hablamos de hospitales ya de cierto nivel, los que reúnen casi toda la atención, si entraras sin saber en qué país estás, nada te lo revelaría. He visitado muchos, en Oriente Medio, China, el Pacífico, Sudamérica? Son muy parecidos. Lo que difieren son las normas culturales. En los EEUU, la comunicación sobre la atención del paciente es exclusivamente con él, pero en otras culturas la familia está involucrada. Recuerdo un hospital de alto nivel donde la gente comía en el suelo, en la sala de espera, poniendo una alfombra. En los que no están acreditados, que hacen buen trabajo, pero de otro nivel, la cosa es muy diferente. Vi salas de urgencias con cuatro pacientes en una camilla u otros donde la norma es "solo dos pacientes por cama".

-¿ Cómo está evolucionando la industria sanitaria?

-Rápido. Por ejemplo, en el tratamiento del cáncer. La quimioterapia es la línea principal, pero caminamos a tratarlo con una pastilla. También se trabaja mucho en sacar la atención del hospital. Cada vez se da más en la casa, durante 24 horas, y con la telemedicina. En Maine, un estado muy rural de EEUU, pueden gestionar la glucosa, la presión sanguínea o el peso a cientos de millas. Pero aunque vivan al lado, los pacientes prefieren la teleasistencia, porque no tienen que esperar o estar en la sala con otros enfermos. Otro gran cambio viene desde la perspectiva tecnológica. Por ejemplo, IBM tiene a "doctor Watson", una inteligencia artificial que puede leer miles de páginas por segundo y permite leer todos los artículos que se publican y ayudar con el diagnóstico. Algo que nos tiene muy preocupados es la ciberseguridad. Estamos adaptando nuestros estándares para que los centros estén preparados para ciberataques. Dispositivos que le ponemos a los pacientes están conectadas a internet y tienen riesgo de ser hackeados. Puede ser un marcapasos. Eso da miedo. Si lo modifican te matan. ¿Qué está cambiando? La pregunta es qué no.

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