Las terminales de contenedores y de vehículos de Vigo, las dos principales que controlan los estibadores, ofrecerán durante las próximas 48 horas un panorama desolador: sin buques amarrados a los muelles ni transportistas esperando mercancías. Los sindicatos decidieron ayer mantener la huelga ininterrumpida de dos días -desde las 8.00 horas de hoy hasta las 8.00 horas del viernes- después de otra infructuosa, para sus intereses, reunión con la patronal. En este encuentro los portavoces de los trabajadores plantearon una nueva propuesta tomando como eje la siempre innegociable subrogación de la plantilla pero las empresas supeditaron cualquier decisión a que lo autorice su asamblea general, convocada para este viernes. Ante la falta de un compromiso firme y verídico sobre la voluntad de llegar a un acuerdo por parte de Anesco, el colectivo tampoco aceptó la desconvocatoria de los paros que abocarán a puertos como el de Vigo a una paralización histórica de su actividad.

Nada más conocerse el fallido encuentro de las partes negociadoras en Madrid, los efectos de la huelga de 48 horas fueron inmediatos, y como cabía esperar, serán bastante más dañinos que los celebrados en las horas impares de tres días de la semana pasada. En Vigo, la primera escala en caerse de la programación de Guixar la protagonizó el Genoa Express, el buque de Hapag-Lloyd que cubre la ruta directa a Canadá. "El barco no se puede permitir el lujo de estar dos días fondeado en Vigo y por eso continúa a Montreal después de haber trabajado en Tánger ayer [por el lunes]", explicaron a FARO fuentes próximas a la armadora que aprovecharon para avanzar que la próxima semana "volverá a haber escala en Vigo". Otras navieras como Suardiaz, temiéndose lo peor, apuraron desde lunes y hasta ayer las operaciones de los barcos Bouzas e Ivan destinados a la autopista del mar con Francia y la extensión a Tánger. De esta manera se palió en buena medida el trastorno a los clientes por la interrupción hasta el viernes de la conexión con Saint Nazaire.

Son las consecuencias de unos paros que también "preocupan" a los trabajadores, como así lo reconoció Antolín Goya. En cambio, el líder del sindicato mayoritario en el sector, Coordinadora Estatal de Trabajadores del Mar (CETM), justificó esta inédita huelga al decir que "los sindicatos estamos haciendo más de lo que nos toca", en alusión a la nueva propuesta con la que tratan de demostrar su voluntad de llegar a acuerdo.A cambio de la subrogación de los estibadores por parte de las empresas y que estas participen en los Centros Portuarios de Empleo (CPE) -las ETTs en las que se convertirán las actuales Sagep-, el colectivo se bajaría de inmediato un 5% el sueldo, y otro 5% al cerrarse la negociación. Además, suspenderían las movilizaciones hasta el 30 de septiembre, el tiempo estimado para concluir las negociaciones.

"Pero la patronal va a otro ritmo", criticó Goya, sorprendido por la respuesta de Anesco. En similar sentido se expresó el presidente del comité de empresa de la Sagep de Vigo. "No entendemos que Anesco esté mandando comunicados donde se compromete a la subrogación y luego diga que necesita consultarlo con la asamblea. Además, tuvo tiempo de sobra para convocar a los sindicatos y no el día anterior a la huelga. Ya se ven sus prisas por solucionar el conflicto", explicó irónico Manuel Río (UGT).

Por su parte, la patronal aseguró en un comunicado que había ofrecido a los sindicatos la continuidad de los actuales puestos de trabajo pero "previa definición e implantación de las mejoras operativas puerto a puerto". Recuerda que como "compañías empleadoras que son, deben ostentar la dirección, control, organización y libre contratación de sus trabajadores, según recoge el Estatuto de los Trabajadores y ocurre en el resto de sectores económicos".Sí confirman que estudiarán con detalle la nueva propuesta planteada ayer pero que no se pronunciarán hasta la asamblea del viernes, cuando los muelles se sobrecargarán de trabajo tras dos días inactivos.