El camino del emprendedor supone tantas dificultades que hasta los premios, en ocasiones, pueden convertirse en regalos envenenados. Aunque de todas las experiencias se aprende, como añadirían los más veteranos. Los creadores de BeLeader han sufrido retrasos en sus planes de negocio porque tuvieron que renunciar al premio Incuvi Avanza que les concedieron en marzo y que suponía una oficina en Porto do Molle cedida por Zona Franca. "Si lo aceptábamos, al año siguiente teníamos que pagar en impuestos una cantidad bastante elevada que no habíamos contemplado y también empezar a abonar el alquiler de ese espacio, que era muy caro. Este año ya vamos a quemar mucho dinero y si tenemos que gastar más por recibir un premio resultaría inasumible. La opción que nos dieron fue trabajar en el coworking de LaCaixa en el campus mientras buscamos un lugar al que mudarnos", explica Manuel Guerra.