Los muelles vigueses superaron ayer el primer día de huelga nacional en la estiba sin incidencias pero con consecuencias. Como ocurrió en casi todos los 28 puertos de titularidad estatal españoles sometidos al monopolio finiquitado por el real decreto de reforma del sector, la movilización secundada por la totalidad de la plantilla redujo la productividad de forma considerable, un 50% en el caso de Vigo. Los cuatros buques que atracaron en las principales terminales controladas por los estibadores -la de vehículos de Bouzas, y la de contenedores de Guixar- lograron completar sus operaciones de carga y descarga, pero tardaron el doble tiempo por las paradas de los trabajadores en las horas impares desde las 9.00. Otras navieras prefirieron ahorrarse el sobrecoste generado por estas horas improductivas y ordenaron a tres buques fondear en Cíes a la espera de que el puerto recuperarse la normalidad. Para el presidente de la Autoridad Portuaria, Enrique López Veiga, si bien celebró la "conducta responsable" del colectivo por desarrollar la huelga de forma pacífica, alertó de que de continuar con el calendario de movilizaciones previsto -miércoles y viernes-, "los tráficos se resentirán".

"Parando una hora sí, una hora no, por mucho que lo hagan a pie de muelle tronza el ritmo de trabajo", aseguraba con resignación un operador de Bouzas. A esta terminal acudieron el grueso de los 94 operarios solicitados por las empresas para atender a los tres buques programados ayer: el Baltic Breeze y los de la armadora Suardiaz, Bouzas e Ivan, ambos asignados a la autopista del mar a Francia y a su extensión a Tánger. Al coincidir con los días de paro la ruta regular a Saint Nazaire -clave para la planta de PSA en Balaídos-, la naviera ya decidió retrasar la salida de los buques para hoy, jueves y sábado. Respecto a la terminal de contenedores, las cinco grúas de Guixar permanecieron levantadas toda la mañana hasta que llegó el barco de Maersk, Contship Joy.

Mientras estos cuatro buques sufrían la discontinuidad en las labores de estiba, con los trabajadores consumiendo las horas impares de brazos cruzados, en Cíes iban concentrándose los de esas navieras que estimaron que les compensaría más esperar un día fondeados gratis que pagando tasas portuarias en el muelle. Así, los dos portacontenedores Opdr Tanger y MSC Edith atracarán hoy en Guixar y el Asian Breeze lo hacía anoche en Bouzas.

Para el presidente del Puerto, los efectos reales de la huelga de hoy "se verán a corto plazo" pero ya pronostica que de "continuar más allá de un día los tráficos acabarán resintiéndose". "Un exceso de conflictividad e incertidumbre llega a producir desvíos de tráfico que luego es muy difícil recuperar. Si las empresas no tienen la garantía de poder entrar en un puerto y descargar en un tiempo preciso, escogen puertos alternativos, y nosotros tenemos Portugal al lado,", avisó. Por ello instó a las dos partes, sindicatos y empresas, "a sentarse a negociar" criticando al mismo tiempo que los primeros lo hagan bajo la amenaza de un calendario de huelgas que "simplemente con anunciarlo causa un grave daño".

Por su parte, el presidente del comité de empresa de la Sociedad de Estiba, Manuel Río (UGT), defendió la movilización: "Seguiremos hasta donde haga falta; la huelga es la única forma de defender nuestro trabajo". Río recalcó que el colectivo al que representa "es el primer interesado en llegar pacíficamente a una solución a este conflicto", y señaló como responsable de que continúe a la patronal "por desmarcarse de su compromiso", en referencia a la subrogación de los trabajadores.