"Nuestros coches pasan revisiones con frecuencia, pagamos por la licencia, el seguro, tenemos taxímetros para las tarifas... ¡La Administración nos mira con lupa! No puede ser que con nosotros sea así y luego no se regulen otros servicios de transporte de viajeros". El comentario, de Luis Rodríguez, taxista novel, resume la opinión de otros muchos autopatronos que trabajan en la ciudad y ven resignados cómo su sector tiene que lidiar con el intrusismo. Para combatirlo reclaman más control y también una regulación que les permita competir en igualdad de condiciones. Ayer miles de taxistas -entre 20.000 y 25.000- se concentraron ante el Congreso, en Madrid, para protestar contra la competencia desleal que, aseguran, ejercen plataformas de alquiler de coches con chófer, como Uber o Cabify. La protesta estuvo acompañada de paros del servicio en diferentes puntos de España. En Madrid, por ejemplo, se prolongó unas 12 horas.

En Vigo de momento no funcionan ni Uber ni Cabify, empresa esta última que sí anuncia servicios en su web para A Coruña. A diferencia de Madrid o Barcelona, en Vigo la jornada de protestas convocada por algunas de las asociaciones estatales del sector apenas se dejó sentir. Los taxis trabajaron con normalidad y se podían encontrar a lo largo de toda la jornada, tanto por las calles como estacionados en las paradas de la ciudad. El presidente de la asociación local, Manuel Chorén, explica que a modo de protesta cerca de 15 vehículos secundaron la movilización que se realizó en Santiago, donde más de un centenar de taxis rodearon el edificio de la Xunta. Según apuntan desde el sector, otros tanto acudieron a Madrid para secundar la movilización en la capital.

Chorén reconoce que de momento en Vigo los autopatronos no tienen que lidiar con Uber o Cabify, pero sí reclama un mayor control de la Xunta sobre "irregularidades" que afectan al sector. En Santiago el colectivo entregó un manifiesto a la conselleira de Infraestruturas, Ethel Vázquez, en el que reclaman por ejemplo la creación de un registro público de taxis y vehículos turismos con conductor (VTC), "necesario para facilitar la labor de consulta e información a los ciudadanos"; "aumentar las labores de control e inspección y dar salida a expedientes sancionadores" o crear un distintivo que identifique a los coches VTC de Galicia.

"Nosotros vamos identificados, pero ellos no", señala Chorén, quien lamenta el "intrusismo" que padece el sector y reclama que los expedientes sancionadores que se abran a los infractores no caigan en saco roto. Según anota, el colectivo vigués ya ha denunciado a una empresa de VTC por -alega- incumplir las condiciones que se exige a este tipo de servicio. Sobre Cabify o Uber, reconoce que aún no afectan a Vigo, pero tampoco descarta que puedan llegar a ejercer competencia en el futuro.

Su opinión la comparten otros autopatronos de la ciudad, quienes asumen la probabilidad de que este tipo de servicios termine extendiéndose por España y dañe al sector local. A día de hoy -apuntan- ya tienen que competir con gente que se dedica profesionalmente a anunciarse a través de webs como BlaBlaCar. "Ahora mismo el taxi está en una situación complicada y difícil", comenta Agustín Justo, un autopatrono que lamenta que el sector siga compitiendo en la actualidad con el volumen de licencias que se aprobó hace varias décadas, a pesar que las características de las ciudades y la demanda han variado de forma importante desde entonces. El resultado: el colectivo padece un exceso de oferta que le resta rentabilidad.

En su opinión -como la de otros muchos compañeros- los taxis compiten en desigualdad de condiciones con otro tipo de servicios de transporte de viajeros. "Nosotros pagamos licencia y respetamos unas tarifas reguladas. Si el Gobierno aceptan que trabajen, ¿por qué no les pone las mismas tarifas que a nosotros?", se preguntan César Fava y Brais García desde la parada de taxis de la calle Ecuador.

Javier Martínez, un veterano del sector, reflexiona que en la situación actual, con la caída de demanda, el daño que puede infligir esta competencia es mayor. Una circunstancia -abunda Manuel Montero- que se da a pesar de la "calidad" que ofrecen los taxistas: "Nuestro servicio ofrece garantías".

Javier Martínez

"En la situación actual todo lo que resta clientes nos hace

daño a los taxistas"

Agustín justo

"El taxi hace frente a revisiones, tasas, seguro... pero afronta una situación difícil"

Manuel Montero

"El servicio que nosotros prestamos es de calidad y ofrece garantías"

César Fava y Brais García

"Nosotros pagamos licencias y tenemos las tarifas reguladas. Si el Gobierno acepte que ellos trabajen, ¿por qué no establece también sus precios?"