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Homero Rivas: "Pruebo drones con kits de salud digital para llegar a donde no hay sanitarios"

"El mayor desafío para aplicar las TIC en sanidad es la reticencia de los médicos, no nos gustan las novedades en la forma de trabajar"

Rivas. // R. Grobas

El Cunqueiro reunió ayer a más de 200 profesionales de diversos ámbitos para hablar de nuevas tecnologías aplicadas a la salud, en la primera edición de Health 2.0 Galicia. Como ponente estrella, contó con el director de Cirugía Innovadora de la Universidad de Stanford, el mexicano Homero Rivas, que también impartió talleres a clínicos del Chuvi sobre formación y novedades en quirófano.

-Vino a Vigo para hablar de los desafíos y oportunidades de la salud digital. ¿Cuáles son los principales?

-Pese a que estamos en el siglo XXI y usamos muchas tecnologías, en salud hemos hecho muy poco. Minimizamos la agresión con cirugías poco invasivas, usamos robots, sacamos fotos del interior del cuerpo ingiriendo cápsulas? Pero el modelo de negocio es el mismo de hace 4.000 años: de uno a uno. Eso limita mucho porque no hay tantos médicos como pacientes. Opero, como mucho, 10 al día. Ese es mi impacto. En cambio, Facebook o Google, llegan de forma automática a miles de millones de personas cuando hacen un cambio. Un impacto masivo. Tenemos que apoyarnos en las TIC para llevar la medicina a miles de millones. Eso es salud digital y las oportunidades son increíbles. Animo a enfocarse en los problemas con más impacto social: enfermedades crónicas, obesidad, tabaquismo? Los desafíos son muchos. La gente piensa que es muy caro, que las baterías no duran? Son pretextos. El más grande es la reticencia de los médicos, porque no nos gustan las novedades en la forma de trabajar. Por eso me dan mucho gusto instituciones como esta [el CHUVI] que apuestan por propuestas disruptivas, porque van a ser líderes en ello.

-Es fácil imaginar cómo puede tener un médico más impacto en consultas. ¿En cirugías?

-Tiene razón, pero es ver a poca distancia. Menos del 1% del capital usado en salud en EEUU se destina a prevención y es ahí donde tenemos que enfocarnos para reducir la necesidad de cirugías. Con unas 20 millones de obesidades mórbidas, puedo operar día y noche y no voy a terminar. Esperemos llegar a tener cápsulas que hagan todo en la operación y que nosotros solo monitoreemos o que la inteligencia artificial haga mucho de nuestro trabajo para que podamos dedicarnos a prevención.

-¿Qué es lo más asombroso que ha visto hasta ahora en la aplicación de las nuevas tecnologías y hasta dónde cree que se puede llegar?

-El grado en el que los pacientes se han involucrado. Aunque pueda ser engorroso que esté sobreeducado, emponderado, es mejor. Hay otras muchas cuestiones tecnológicas que me causan gran impresión. Una, que está en prototipo, es la lente de contacto de Google, que monitorea segundo a segundo el nivel de glucosa en sangre. Uno casi no se da cuenta que está ahí. Eso es lo que necesitamos, no wearables, sino implantables para desentendernos. Pero lo mejor es la prevención y la pregunta del millón es saber cómo mejorar esto.

-Usted fue uno de los primeros en operar con las Google glasses...

-Sí, gracias a la colaboración con un equipo murciano. Fuimos prácticamente los primeros en hacer cosas de estas a nivel trasatlántico. No tiene nada de gracia, son solo unas gafas conectadas a un ordenador, pero ha desencadenado muchos otros proyectos. Ahora, con la universidad de Stanford, trabajo en el uso de drones para implementar unidades de telemedicina en el rural de México. Estoy volándolos con un kit de salud digital, con muchos sensores de bajo costo, para llegar a donde no hay sistema de salud para llevar desde un medicamento hasta un ultrasonido del tamaño de un teléfono a una paciente con un embarazo problemático para saber si tiene que ser transferida o no. También valdría para una gran metrópoli, en atascos. Un dispositivo en el brazalete o el chaleco de la persona detecta con su sensor que está bajo mucho estrés y tiene riesgo de que le dé un infarto. Manda un tweet directo a su dron personal, que sabe su geolocalización, llega en minutos y le da una aspirina o descarga una desfibrilación.

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