Después de un primer invierno suave, el Chuvi se enfrentó en el último a una onda de gripe más intensa. El pico de ingresos causado por este virus y otras infecciones respiratorias se produjo el 1 de febrero. Fue el día en el que la Dirección del complejo decidió reabrir la mitad de una planta del Meixoeiro que llevaba cerrada año y medio, mientras en el nuevo hospital desdoblaba hasta 118 habitaciones pensadas como individuales. El Álvaro Cunqueiro alcanzó así las 963 camas y se quedó muy cerca de las que sumaban los dos grandes hospitales vigueses antes del traslado sanitario -1.021-.

A lo largo del primer trimestre del año, el de Beade recurrió a 85 supletorias de media al día y nunca bajó de las 42, mientras el de Puxeiros no llegó a poner en funcionamiento ni siquiera todas las instaladas. En total, en su pico de actividad hospitalaria, el Chuvi habilitó hasta 1.303 camas de ingreso de agudos -963 en el Cunqueiro y 317 en el Meixoeiro-. Son 62 más que las que había instaladas entre los cuatro hospitales del antiguo complejo -Xeral, Meixoeiro, Cíes y Nicolás Peña-.

El Cunqueiro cuenta con 750 camas instaladas en planta y llega a las 845 con las de las UCIs, Reanimación y la Unidad del Sueño. En esta situación de partida, el 68% de sus 567 habitaciones son individuales, pero 288 se pueden desdoblar en función de la demanda -hasta un máximo de 1.038 lechos-. Es lo que el Sergas denomina "flexibilidad" de hospitalización y en lo que se diferencia el nuevo Chuvi del anterior al traslado, en el que no se podían poner supletorias. La Dirección ha optado por hacer dobles, por defecto, una decena durante todo el invierno en especialidades médicas, al objeto de hacer frente al aumento de casos que reciben, sobre todo, de mayores pluripatológicos que se descompensan a raíz de infecciones respiratorias. Además de estas diez, en el primer trimestre del año, ha puesto supletorias en una media de 75 cuartos más para poder atender a la demanda.

El año comenzó con una treintena de habitaciones desdobladas en Beade, pero ya eran el doble en diez días y enero acabó por encima del centenar. De media, fueron 67 supletorias ese mes. El siguiente fue el peor, con una media de 87 camas a mayores al día y con un pico de 108 el día 1. En marzo se empezó a relajar, aunque se mantuvo en 70 de media y cerró con 59.

Ese miércoles 1 de febrero, el Álvaro Cunqueiro llegó a tener abierto -que no quiere decir, necesariamente, ocupado- el 85% de su capacidad total de hospitalización -963 de 1.133 camas de planta, críticos y unidad del sueño-. Aún quedaba un margen para colocar otras 170. Desde el Sergas resaltan estos datos como demostración de la capacidad del nuevo Chuvi para absorber la demanda, sin tener que desviar pacientes no quirúrgicos a clínicas privadas, como sí sucedía antes del nuevo hospital. Desde los sindicatos, en cambio, recuerdan las largas esperas de los pacientes en Urgencias aguardando a que quedara una cama libre en planta. Precisamente el 31 de enero, el servicio amanecía con hasta 44 enfermos en esta situación. Esa jornada se habilitaron siete camas más que la anterior hasta las 103.

Puxeiros

Las 845 camas operativas del Álvaro Cunqueiro y sus 10 adicionales durante el período invernal, se manifestaron insuficientes durante todo el primer trimestre de este año, en el que los desdobles de habitaciones no bajaron de 32. Mientras, en el Hospital Meixoeiro se produjo la situación contraria. Ni siquiera en el pico de demanda del 1 de febrero se llegaron a abrir todas las camas instaladas (347). Se reabrió un ala de la tercera planta durante quince días, pero se mantuvo cerrada la otra y nunca fue necesario desdoblar habitaciones, por lo que el hospital no superó los 317 puestos de ingreso.