Que las islas Cíes son el buque insignia, el factor clave del reconocimiento del valor de Illas Atlánticas , es un hecho incuestionable. En 1980 el Consejo de Ministros premió al archipiélago formado por Monte Agudo, San Martiño y Faro con la distinción de Parque Natural, un estatus que mantuvo en solitario durante 22 años, hasta que otra vez el Gobierno, decidió elevarlo al de Parque Nacional, pero en esta ocasión sumándole las islas de Ons, Sálvora y Cortegada.

Las Cíes, que pertenecen al municipio de Vigo aunque curiosamente la jurisdicción eclesiástica lo incluyen dentro del de Cangas, es en realidad el archipiélago más valioso desde el punto de vista medioambiental del conjunto de ínsulas. Es un tesoro acuático, faunístico y florístico, con un ecosistema singular tanto en su perímetro submarino como terrestre, que atrae cada año la curiosidad de investigadores de todo el mundo. Además tiene un pasado rico desde el punto de vista histórico y cultural. Por todo ello, numerosos expertos consideran que por sí mismo este archipiélago reúne todas las condiciones para conquistar el galardón de Patrimonio de la Humanidad que concede la Unesco.

También es el gran polo de atracción turístico de las Rías Baixas. Casi tres de cada cuatro personas de las 380.000 que el año pasado visitaron Illas Atlánticas apostaron por Cíes. Su proyección mediática eclipsa al resto de islas del Parque, hasta el punto de que en 2007 el periódico británico The Guardian consideró el arenal de Rodas como la mejor playa del mundo, una valoración que disparó su popularidad. Y es que sus aguas esmeraldas y su arena harinosa ejercen un poderoso magnetismo sobre los turistas.