El Pazo Quiñones de León recibió ayer a decenas de curiosos en una jornada familiar con la que el Concello clausuraba en las salas municipales el Día Internacional de los Museos, que se celebró el pasado jueves pero se extendió hasta el domingo. Al igual que en las otras galerías de la ciudad, el museo de Castrelos organizó una visita guiada por sus dependencias y clausuró la jornada con un concierto de música clásica.

Para que los asistentes pudiesen disfrutar de todas las rutas por los museos, el Concello preparó cinco historias en otras tantas salas para conocer la historia de Vigo. El tema escogido para el Día Internacional de los Museos de este año fue: "Museos e historias controvertidas: decir lo indecible en los museos". Para cumplir con ello, el Quiñones de León recordó, en un primer momento, el legado de Policarpo Sanz, quien tras su muerte donó su inmensa colección de obras de arte a la red de museos de la ciudad.

Acto seguido, y ya dentro de las instalaciones, el guía explicó cual fue el proceso de donación del pazo y la finca de Castrelos por su último propietario, el marques de Alcedo. Los visitantes averiguaron que la donación no fue tal, pues el Concello tuvo que abonar 125.000 pesetas en 1934.

Por último, en el hall principal del museo, Patricia Túñez e Iria Pérez al violín, Lucía Molina con su viola y Pedro Fernández con un cello interpretaron el Cuarteto Americano de Dvorak, una obra que habla de las fascinación, el descubrimiento, el progreso y el futuro en clave local.