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Las escaleras de II República y el parque Cela, a la espera de Patrimonio

Algunos expedientes llevan siete meses a la espera del correspondiente informe

Operarios realizando las catas arqueológicas para las escaleras mecánicas de II República. // R. Grobas

Uno de los objetivos del gobierno local es comunicar en el plazo de tres años el Auditorio Mar de Vigo con Camelias a través de ascensores, convirtiendo la "inexistente" calle Juan Ramón Jiménez en un hilo conductor que permita salvar la elevada pendiente de esta ladera del Castro. Otro de los objetivos, más a corto plazo, es finalizar la escalera mecánica de II República que comunica Porta do Sol con el Paseo de Granada. Sin embargo, estos y otros proyectos permanecen frenados en el departamento de Patrimonio de la Xunta, a la espera de recibir la luz verde que permita iniciar las obras. En total, son cinco proyectos del Concello y uno de la Universidad, el de la construcción de la sede institucional en O Berbés. En el caso concreto de las escaleras mecánicas, el permiso se pidió el pasado 28 de octubre, hace casi siete meses.

Esta situación afecta por lo tanto a la reforma integral del parque Camilo José Cela, en Torrecedeira, que incluye otro ascensor a Pi y Margall y cuya obra conjunta supera el millón y medio de euros. "Es una zona de cautela arqueológica y aunque el proyecto ya está redactado, no se puede empezar", dijo el concejal de Fomento, David Regades. En la misma zona, la humanización de Marqués de Valterra, que acumula un retraso de años, es una de las obras paradigmáticas de esta situación. "La segunda fase de la humanización tiene una inversión de 700.000 euros de los cuales 100.000 son para el ascensor, que en este caso es convencional y sube en vertical hasta Torrecedeira, no en diagonal como en Menéndez Pelayo", aseveró.

El edil quiso ayer mostrar cautela ante el retraso que está provocando en varios proyectos su paso obligatorio por Patrimonio. "Dependen de una institución a nivel provincial y tienen un retraso de bastantes meses", dijo el edil, que pidió a la Xunta que "dote a este servicio de mayor personal" para "agilizar los trámites de obras atrasados".

Lo mismo ocurre con la reforma de la calle Serafín Avendaño, que sufrió el segundo reventón en apenas seis meses dejando sin suministro de agua a numerosos vecinos de la zona. "El proyecto ya está redactado y en fase de aprobación arqueológica, pendiende de la ejecución de sondeos previos", excusó el edil socialista, que remarcó que todas las obras de ese entorno tienen que recibir el visto bueno de Arqueología. "No es una circunstancia que afecte a este ayuntamiento en concreto ya que se extiende a toda Galicia", excusó Regades. Lo mismo ocurre con la renovación del pavimento de García Olloqui y la Praza de Compostela, con una inversión de 600.000 euros y que fue remitido a la Xunta el pasado 9 de marzo. También el mantenimiento de las aceras de Corredoura, en Castrelos, permanece a la espera de este permiso. En este último caso se trata de una actuación de 40.000 euros.

Sede institucional del Berbés

Esta situación no afecta en exclusiva al Concello ya que también proyectos de otras administraciones están a la espera de recibir el visto bueno de Patrimonio. A esta circunstancia también hizo referencia ayer el delegado territorial de la Xunta, Ignacio López-Chaves, quien en rueda de prensa fue cuestionado al respecto de la obra de la sede de la Universidad de Vigo en el Berbés que está pendiente del permiso autonómico. "Patrimonio ha tenido que examinar algo y fueron allí a verlo pero es la tramitación normal porque el Casco Vello es un BIC (Bien de Interés Cultural) y la protección patrimonial es muy alta. Es como hacer obras en el Pazo de Castrelos o la Colegiata. Toda la zona del Casco Vello es así pero se sigue la tramitacion ordinaria", aseveró Ignacio López-Chaves.

El Concello invertirá 60.000 euros en mejorar la accesibilidad de una veintena de cruces

  • El concejal de Fomento, David Regades, desgranó ayer las iniciativas que está llevando a cabo el gobierno local para convertir Vigo en una ciudad más accesible. Además de recordar que los 444 semáforos que regulan intersecciones en la ciudad ya cuentan con dispositivos acústicos, Regades anunció una nueva inversión de 60.000 euros para completar el plan de accesibilidad iniciado hace una década y que pasa por rebajar las aceras y dotarlas de mecanismos con los que las personas con más dificultades puedan identificar las zonas de mayor peligro (losetas rojas con los resaltes con puntos) y las que marcan un corte en el vial (losetas con los resaltes en líneas). El concejal, que remarcó que el objetivo del gobierno local es la humanización del "cien por cien de las calles de Vigo", precisó que su departamento también trabaja para que todas las intersecciones sean accesibles y que las obras en una veintena de cruces de una docena de calles de la ciudad se acometerán este verano.

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