Vigo salda una cuenta pendiente con la obra de Urbano Lugrís. El Concello tiene ya adjudicada por un importe de 5.990 euros la restauración del primero de los cinco murales que en 1977 rescató de las paredes del desaparecido "Gran Hotel" de Porta do Sol, dos de los cuales pasaron a formar parte de la colección de Afundación. El Ayuntamiento recibió tres piezas a cambio de la inversión realizada: "Mapa de Galicia", "San Telmo" y "Misterios do mar". Es este último, que se encuentra muy deteriorado por la humedad del Pazo de Castrelos, por el que se inician los trabajos de rehabilitación, aunque el proyecto contempla subsanar los problemas de las otras dos obras de gran tamaño a lo largo de los próximos meses.

"Misterios do mar" es una obra mural dividida en tres partes y con unas dimensiones de 2,5 metros de alto por 4,90 de largo. Fue pintada al óleo por el artista directamente sobre la pared de hormigón y granito de uno de los enormes salones del "Gran Hotel". El mural es característico del estilo de Lugrís. "Un paisaje marino en el que se despliega toda la fantasía del pintor", explican desde el Museo Quiñones de LeónMuseo Quiñones de León, que lo exhibe en el vestíbulo principal del Pazo. Una de las figuras que más llama la atención es la misteriosa dama con antifaz y telescopio que parece invitar al espectador a observar lo que ella ya vio bajo el mar y que Lugrís evoca con ciudades sumergidas, nubes con sineras flotantes, el fuego de San Telmo, monstruos marinos o un cefalópodo gigante que engulle un navío con el nombre de "Ulyses Fingal", seudónimo del propio pintor. En opinión de los responsables del museo vigués, en este mural "está representado lo mejor de Lugrís" con su característico aire enigmático y lleno de simbología de difícil interpretación.

La decisión de intervenir se toma quince años después de que la obra fuese restaurada para exponerla al público tras más de una década almacenada junto al resto por el gobierno local sin un destino definido. Se encuentra en mal estado y exige, según el informe técnico, "una rápida intervención para poder consolidarla y garantizar su preservación". La pintura presenta grietas debido a las transformaciones sufridas por la propia obra cuando fue transferida del muro original a un soporte móvil y debido a la humedad de Castrelos. El mural presenta diferentes "patologías" como brillos y zonas cuarteadas.

El trabajo se encargó a la empresa especializada Tomos Conservación Restauración Arqueología. Arrancará en los próximos días y se prevé que esté completado en siete semanas para que el mural pueda volver a exponerse. Los técnicos realizarán una limpieza mecánica del polvo y la suciedad de la superficie con brochas suaves y aspirados, aplicarán un tratamiento fungicida, otro posterior para la fijación de las escamas y la consolidación de bolsas, procederán luego al estucado de lagunas y la última fase es la de reintegración cromática.

La restauración se realizará sin alterar ninguno de los componentes, sin utilizar materiales agresivos y con la intención de que la imagen conserve el sello del paso del tiempo. Parte de los daños que presenta "Misterios do mar" se debe a que en 1977 fue retirada mediante la técnica del "strappo" que consiste en sacar la pintura del soporte original pegándole varias telas para que se le adhiera el óleo. El Concello contrató en su día al restaurador Jerónimo Escalera, del Instituto de Conservación y Restauración de Obras de Arte adscrito al Ministerio de Cultura, para digirir la ambiciosa "operación de rescate" de los murales.

Cesáreo González

El exitoso productor cinematográfico Cesáreo González adquiriró el viejo "Hotel Moderno" en 1947, un edificio de finales del siglo XIX del arquitecto Michel Pacewicz. Él renovó todas sus instalaciones y lo reinauguró en julio de 1953 como "Gran Hotel" con la novedad de que para los interiores encargó personalmente a los artistas Urbano Lugrís y Manuel Colmeiro la elaboración de grandes murales alusivos a Galicia con los que decoró sus lujosos salones y la conocida sala de fiestas Grímpola.

Colmeiro elaboró cuatro grandes piezas dedicadas cada una a una estación del año mientras que Lugrís se encargó de otros cinco murales que corrieron riesgo de perderse tras el cierre del negocio en 1977 para transformar el edificio en el bloque de viviendas que es en la actualidad. Fue entonces cuando el Concello movió ficha para intentar salvaguardar las obras y contactó con Escalera para que diseñara un plan que permitiese conservar los murales sin afectar a la estructura del inmueble.

El Concello se quedó con tres murales de Colmeiro -"O verano", "O outono" y "O inverno",que se encuentran en la planta baja del edificio municipal de Praza do Rei. El cuarto forma parte de la colección de Afundación, como sucede con dos de los cinco pintados por Lugrís. Todas las obras permanecieron guardados por el Ayuntamiento hasta que en 1991 comenzaron a restaurarse, labor que duró algo más de año y medio. En 2002 "Misterios do mar", que ahora entra en el taller, y "Mapa de Galicia", pasan a exponerse de forma permanente en la escalera principal del Quiñones de León.