Tres manifestaciones han recorrido esta mañana las calles del centro de Vigo con motivo del Día del Trabajador. A las 11.30 horas partió del cruce de Vía Norte con Urzáiz la marcha de los sindicatos CC.OO. y UGT bajo el lema "Non hai excusas". Sus respectivos dirigentes, Amelia Pérez y Domingo Barros, reclamaron "pensiones y salarios dignos".

Por otra parte, la CIG inició su movilización a las 12.00 horas en el cruce de A Doblada tras una pancarta que reclamaba: "Recuperemos os nosos dereitos". Unas 10.000, según la Policía Local, y unas 15.000, según la organización, participaron en la protesta. El líder de la central nacionalista, Suso Seixo, reclamó que la recuperación económica repercuta en la clase trabajadora: "Queremos a recuperación laboral; aproveitar a situación no Goberno, que o PP non ten maioría, para acabar coas leis laborais". A esta marcha acudieron el portavoz de En Marea Luís Villares, la diputada en el Congreso Alexandra Fernández, la líder del BNG Ana Pontón y el histórico dirigente nacionalistas Xosé Manuel Beiras.

En su discurso final, Seixo denunció el "ataque" a los derechos e intereses de los trabajadores por parte del capital y las políticas "antisociales y antiobreras promovidas por los gobiernos españoles" del PSOE y del PP". "Denunciamos la actitud de las centrales sindicales CC.OO. y UGT de entreguismo y colaboración con el poder, que ha supuesto desmovilizar a la clase trabajadora y la pérdida de derechos", ha subrayado, antes de añadir que "es necesario" convocar huelga general. "Aquí sería realmente exitosa", ha advertido.

Estas palabras fueron acogidas por los participantes en la movilización con aplausos y al grito de "folga xeral, folga xeral".

La más tempranera fue la manifestación conjunta de seis sindicatos alternativos --la CUT, STEG, CGT, SAGAP, S.E., y SF-Internacional-- bajo el lema "Pan, trabajo, techo e igualdad" y que reunió a un millar de personas. Partió a las 11.00 horas de la Plaza de Fernando el Católico para terminar en Praza do Rei, frente al Ayuntamiento, donde varios colectivos llevan semanas acampados para reclamar políticas de lucha contra la pobreza.