Un carril bici que sea útil pero principalmente seguro. Ésta es la premisa que defienden los ciclistas vigueses en sus alegaciones al proyecto de 10 kilómetros entre Teis y Samil presentado por el Concello.La asociación A Golpe de Pedal ha canalizado buena parte de las rectificaciones que los usuarios de la bicicleta consideran que se deben realizar. Aplauden la senda municipal, pero ven necesario hacer modificaciones "esenciales" antes de ejecutarla para garantizar que sea funcional y segura. Como regla general plantean tres cambios a la Concejalía de Fomento: que transcurra "siempre" a la misma cota que la calzada y no integrado en la acera, como ocurre en buena parte del proyecto presentado; que tenga un ancho uniforme de 3 metros a lo largo de todo el recorrido y que se instalen balizas reflectantes para evitar que los conductores puedan invadirlo y estacionar en él sus coches. No son las únicas peticiones, pero sí las que sitúan como más importantes.

El colectivo ciclista presidido por José Manuel Suárez se reunió con responsables tanto de clubes deportivos como de asociaciones vecinales y del Colegio Oficial de Arquitectos para recabar su visión y remitir las alegaciones, que están ya en manos del Concello. El acento lo ponen en la "necesaria" separación del carril bici de la acera. "Es importante que no entre en conflicto con los peatones. La bicicleta es un vehículo y el caril bici debe ser parte de la calzada y no de la acera. Con ello no solo se permite evitar problemas con los viandantes sino que mejora la permeabilidad del mismo a la hora de que los ciclistas puedan entrar y salir a lo largo de todo el recorrido", argumentan. A priori, esta reclamación se presenta como la más compleja. En varios tramos del recorrido el Concello ha planteado la vía ciclista a la misma altura que la acera que, aunque delimitada, estaría compartida por viandantes y ciclistas. La avenida de Castelao es uno de los ejemplos. Pero también Venezuela, Pizarro o el primer tramo de Camelias entre las plazas de América e Independencia. En el caso de Coia, por ejemplo, no solo se ha proyectado el carril para ciclistas a la misma cota que el espacio reservado para los viandantes, sino que se plantea haya acera a uno y otro lado del carril bici. A Golpe de Pedal, al igual que en el resto del recorrido, pide que la senda ciclista se rebaja para que transcurra a ras del asfalto.Respecto a la acera que quedaría entre el carril bici y la fila de estacionamiento de vehículos -principalmente desde la rotonda de Alfageme hasta los Volcanes- plantean que se elimine y se convierta en un cebreado que -anotan- "permitiría la entrada y salida segura en los vehículos aparcados".

Este problema de aceras "compartidas" con ciclistas no se da ni en Pizarro -entre la rotonda de Isabel la Católica y Vázquez Varela-; ni en Camelias -entre el Concello y plaza de Independencia-ni tampoco en la avenida de Europa. En todos estos tramos la concejalía dirigida por David Regades sí proyecta que el carril bici transcurra a la misma cota que la calzada. Tampoco hay este problema en la mayor parte de Travesía de Vigo -desde el cruce con Aragón hasta el de Llorones- donde los ciclistas sí tendrán que entrar de lleno en la calzada compartiendo uno de los carriles de circulación con los vehículos, motivo por el que la velocidad máxima de circulación se rebajará de 50 a 30 km/h.

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Otra de las mejoras planteadas por los usuarios de las dos ruedas se refiere a la anchura de la senda. Recomiendan que sea uniforme y de 3 metros en los tramos en los que el carril se va a emplear para los dos sentidos de la marcha. "Es necesario para mejorar la sensación de seguridad de los usuarios", explican. También reclaman que se creen vías de acceso ciclista hacia el carril principal en todos los cruces.

Igualmente, ven necesario que el carril bici se "blinde". Para ello proponen que se establezcan hitos o balizas reflectantes de un metro de altura para evitar la invasión por parte de los coches y evitar que se pueda acabar utilizando como aparcamiento.