Nadie lleva flores a la tumba de Jose Ángel Taboada, la número 113 del cementerio de Alcabre. Fue enterrado en la zona destinada a personas sin recursos, donde muchos no tienen ni nombre porque se ignora su identidad. Pero Taboada contaba con más de 3.000 amigos en Facebook. Ninguno acudió a su funeral. Cumplido el primer aniversario de su muerte, la iglesia de Alcabre ofrece una misa el esta tarde a las 20.00 horas en un su memoria. José González, un antiguo amigo que se ha encargado de organizarla, espera que acuda más gente que a su entierro, al que solo asistieron dos vecinas

González conoció a Taboada de pequeño, lo recuerda como monaguillo, pero no fue hasta años después cuando se reencontraron. "Éramos radioaficionados y me di cuenta que era él", rememora. "Todos teníamos un seudónimo y el se hacía llamar Cupido". Recuerda que desde la ventana de su casa, en Teis, charlaba con él, pues vivía en este barrio, y también con otras personas al otro lado de la ría. "Espero que alguno se acuerde de él y venga a la misa", confiesa.

Cuando Taboada murió ya no tenían contacto puesto que él se había mudado a Alcabre. Antes de eso, salían juntos a pescar e incluso lo invitaba a comer con su familia. Taboada había perdido su trabajo y "se dejó ir". Entonces comenzó a buscar en los contenedores y a acumular basura en su casa. Cupido tenía 3.000 amigos y murió solo. Ahora su casa luce limpia, con césped en el jardín y ventanas nuevas.