El decreto de reforma de la estiba vuelve a retrasarse. Desde antes de Semana Santa que el ministro de Fomento lleva justificando la necesidad de aprobar la liberalización del sector "cuanto antes" porque la segunda multa de Bruselas "está al caer", y 15 días después todavía no tiene cerrado el borrador del cambio legislativo. Si así fuera ya lo habría entregado a sindicatos y patronal, tal y como se comprometió Íñigo de la Serna. Sin embargo, ninguna de las dos partes han recibido documento alguno ni siquiera el aviso de que pronto lo tendrán para analizarlo.

Pero no son las organizaciones sindicales o las empresas las únicas desconcertadas por el silencio del Gobierno respecto a una cuestión que hace menos de un mes era una prioridad absoluta, como así lo daba a entender De la Serna, siempre apelando a la millonaria sanción europea, en todas sus comparecencias en los medios de comunicación. Ahora son las navieras las que no entienden la actitud del Ejecutivo español y meten presión, empezando por la primera del mundo en volumen de contenedores, Maersk, que ayer reveló que el conflicto del sector de la estiba en los meses de febrero y marzo le había supuesto un coste de 12 millones de euros y la pérdida de clientes. La multinacional danesa insta así al Gobierno a resolver "cuanto antes" la reforma legal del sector y dar una "rápida solución" al conflicto para que esta situación y su coste no "empeore".

En un comunicado, Maersk explica que a pesar de que finalmente los estibadores españoles no secundaron ninguno de los días de paro convocados, el anuncio de posibles huelgas "desencadenó el desvío de barcos desde los puertos afectados por el conflicto a otros puertos del Mediterráneo". Adoptó esta medida "en favor del mantenimiento de los servicios a los clientes", alega.

En concreto, indica que sólo en el puerto de Algeciras, Maersk tuvo que desviar 73 barcos que tenían como destino o parada estas instalaciones, hacia otras terminales fuera del sistema portuario español. En consecuencia, el puerto español, según esta empresa, redujo un 21% el número de las escalas de barcos, mientras que, por contra, puertos como los de Tánger, Sînes o Port Said incrementaron su facturación como consecuencia de los desvíos.

"El impacto económico de estas cifras tanto para las empresas como para los trabajadores es un hecho ya irreversible y supone la pérdida de un año de crecimiento orgánico, además de un freno a la creación de empleo", avisa la danesa.

"Lamentable"

Por ello, Maersk ve "lamentable" la situación y urge a abordar una "rápida solución" al conflicto para evitar que empeore. "No acometer con urgencia y con altura de miras las acciones que son necesarias para recuperar la confianza puede desembocar en la pérdida del liderazgo y competitividad de este puerto", advierte en relación al de Algeciras.

"Es una necesidad que el Ejecutivo cumpla con la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la UE y dé a conocer a la mayor brevedad un texto legal basado en el pacto al que llegaron la patronal y la estiba", urge Maersk. "El simple anuncio de una nueva convocatoria de huelga en los puertos puede tener consecuencias nefastas a corto y medio plazo para todos, tal vez irreversibles", alerta.