El turismo vigués se despide del invierno más cálido y jugoso de la última década. Aunque el arranque de año no suele ser un período especialmente bueno para los hoteles de la ciudad, en 2017 les ha dejado un buen sabor de boca. Los datos publicados ayer por el INE muestran que durante el primer trimestre se alojaron en la ciudad casi 70.400 turistas que contrataron 135.900 noches. Un 13,7% y 12,2% más que el año pasado, respectivamente, y lo que resulta igual de significativo: el mejor balance desde 2008, cuando a finales de marzo se habían superado las 152.100 pernoctaciones. El turismo local sigue aproximándose así a los datos que manejaba antes de la crisis. En 2006, de hecho, el observatorio estatal contabilizaba por las mismas fechas unas 131.500.

Si se compara con los datos cosechados por otras ciudades de Galicia, el resultado local deja una lectura incluso más optimista. Vigo es la única urbe de la comunidad que ha conseguido ganar pernoctaciones durante el primer trimestre, lo que le permite acortar distancias con A Coruña y Santiago. La urbe herculina recibió entre enero y marzo 96.300 viajeros que contrataron 163.300 noches de hotel. Aunque suponen 9.200 turistas más que durante el mismo período de 2016, el número de pernoctaciones cayó un 4,6%. En Compostela se alojaron 91.700 personas -4.300 por debajo del año pasado-, que protagonizaron un 6% menos de estancias: 158.900.

Caen también las otras dos ciudades de Galicia que estudia el INE: Lugo y Ourense. La primera perdió un 8% de noches contratadas, quedándose en casi 45.000; mientras la ciudad de las Burgas rozó las 38.500, lo que arroja una caída de más del 17%. El Instituto Nacional de Estadística no aporta datos mensuales de otras localidades, como Pontevedra o Ferrol.

Como broche a ese primer trimestre, los hoteles de Vigo lograron en marzo un repunte de actividad. Crecieron en volumen de turistas, un 8,1%, hasta situarse en los 25.700; y en pernoctaciones, que aumentaron incluso más, un 9,2%, hasta superar las 51.300. En A Coruña, por ejemplo, bajó este último dato. La evolución del turismo local es curiosa porque en 2016 Semana Santa cayó en marzo -no en abril, como este año-, lo que supuso una afluencia extra de turistas durante ese mes.

Desde el sector local reconocen que el buen dato del inicio de año no se puede explicar por una sola causa o alguna cita especial que haya atraído a Vigo una avalancha de viajeros. Lo relacionan, más bien, con un cúmulo de factores. Uno de ellos el parte meteorológico: el tiempo seco y cálido ha incentivado las escapadas de fin de semana de clientes que residen en ciudades o comunidades vecinas. Otra razón puede encontrarse en las citas deportivas que ha acogido Vigo durante los tres últimos meses: partidos de Copa, el de Europa League contra el Krasnodar o el encuentro Celta-Real Madrid que se disputó en Balaídos a finales de enero.

Como telón de fondo, el sector apunta a la paulatina recuperación de la economía y -muy ligado a ella-, el repunte de los viajes de negocios y empresas. Esa tendencia de crecimiento les ha permitido además recuperar su nivel de tarifas, que se desplomó durante los peores años de la crisis hasta niveles que -alertaban algunos directores de hoteles- llegaban a cruzar el umbral de la rentabilidad. Aunque Vigo sigue figurando entre los destinos más económicos de España, sus precios empiezan a remontar. El sector confía ahora en que los resultados se mantengan el resto del año.