"No había salido nunca de los Estados Unidos y venir a Vigo está siendo una experiencia maravillosa. Es una ciudad fantástica y espero regresar pronto". Jaymie Buffington es una de las dieciséis estudiantes de intercambio que pasarán dos semanas en la urbe viguesa y que ayer fueron recibidos por el alcalde Abel Caballero. "Vigo tiene la particularidad de que el que viene se enamora. Cuando os tengáis que marchar vais a desear no hacerlo", bromeó el regidor, que dialogó con los jóvenes estudiantes tanto en inglés como en castellano.

Jaymie Buffington y Lidia Álvarez

"Nuestras culturas son muy diferentes y por eso la experiencia es maravillosa

Para gran parte de los alumnos estadounidenses procedentes de Harwich, un pequeño municipio del estado de Massachusetts, es la primera salida al extranjero. Y por ahora no puede ser más positiva. "Me gustan los paisajes, el clima, la comida, la naturaleza y sobre todo las personas de Vigo. Son encantadoras", comenta Margo Dery, otra de las estudiantes norteamericanas.

Perry Comeau y Margo Dery

"Nos encantan los paisajes, las playas y la comida. Está todo muy rico en Vigo

El centro receptor en la ciudad es el colegio Miralba, experto en este tipo de permutas. "Acostumbramos a realizar tres cada año", explica Lisardo Villanueva, uno de sus docentes. Polonia, Alemania, Dinamarca e Inglaterra son los otros países a los que han viajado sus alumnos. A comienzos de curso lo hicieron a Harwich y regresaron encantados. "La cultura que tienen allí es totalmente opuesta a la nuestra", comenta Lidia Álvarez, una de las trece jóvenes que permanecieron dos semanas en el país estadounidense.

Para que la integración sea total, los jóvenes residen durante dos semanas en los domicilios de los estudiantes autóctonos. Ese hecho les obliga a profundizar en el lenguaje, algo que valoran positivamente los profesores. "Para ellos es estupendo porque no les queda más remedio que expresarse en otro idioma", asegura Villanueva. La misma opinión tienen las docentes norteamericanas que acompañan a sus alumnos en su estancia en Vigo. "Para nosotros quizás sea más complicado porque hace poco tiempo que los chicos comenzaron sus clases de castellano", comenta Elizabeth Hoff, que muestra su entusiasmo por la visita a la ciudad. "Es magnífica y la gente no puede ser más maravillosa. Siempre te saludan, te dan los buenos días y te ayudan en todo. Son encantadores", señala. Una de las características que más les choca es la tradición de dar dos besos a la hora de saludar a alguien. "No están acostumbrados pero les encanta hacerlo para mostrar cercanía", indica Adriana Armada, alumna del colegio Miralba.

Adriana Armada y Pepa Otegui

"No están acostumbrados a dar dos besos a la hora de saludar pero les encanta

Otra de las barreras culturales, que no lo es tal para los alumnos de intercambio, es la alimentación. Acostumbrados a la comida rápida y a los fritos, el marisco y el pescado les parecen deliciosos. "Me gusta comer aquí. Está todo muy rico", confirma Perry Comeau.

Museos, playas, el Casco Vello, los municipios limítrofes o el estadio de Balaídos esperan recibir a los estudiantes estadounidenses los próximos días. Algunos ya se suman a la fiebre que reina en la ciudad por el Celta de Vigo. "Vimos el partido ante el equipo belga y nos alegramos muchos de su pase a semifinales", comenta Comeau, que presenciará el partido de mañana ante el Betis en el estadio municipal.