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Nueva vida para una pieza histórica

El Concello restaura la puerta principal del Quiñones de León, de finales del siglo XIX

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Nueva vida para una pieza histórica en Castrelos

La puerta principal del Pazo Quiñones de León acaba de someterse a una profunda restauración. La Concejalía de Cultura solicitó tres ofertas y adjudicó los trabajos a la firma BIC Materiales y Conservación con un presupuesto de 6.594 euros. Esta intervención ha permitido que una de las piezas más singulares de la casa, tanto por su gran tamaño como por la riqueza de su ornamentación, vuelva a lucir impecable tras desaparecer el deterioro de la madera y los adornos metálicos que presentaban oxidación.

Una vez finalizada la limpieza de la puerta principal del inmueble, el gobierno local emprenderá "de inmediato" el proyecto de mejora de las dos puertas de acceso de la fachada del pazo, tanto la de la capilla como las que dan acceso a la recepción del museo. Y ya en una fase posterior de los trabajos se prevé restaurar la totalidad de las ventanas de la planta baja.

Cultura decidió arrancar por el acceso principal del Quiñones de León porque su exposición continuada al viento y la lluvia habían provocado un importante desgaste en la puerta, tanto en la madera como en los elementos decorativos en metal. El objetivo era devolverla a "su esplendor original", según apuntan los técnicos municipales.

Se trata de una pieza que habría sido encargada por el propio Marqués de Alcedo en la segunda mitad del siglo XIX o principios del XX con 4,3 metros de alto por 1,97 de ancho y con un grosor de casi diez centímetros. La puerta central de Castrelos está hecha en madera de carballo con diez plafones rectangulares en cada hoja. Está decorada en el exterior con adornos en forja con una cerradura que recuerda a la de los muebles antiguos tipo bargueño y camelias distribuidas a semejanza de las puertas antiguas y señoriales en dos tamaños: 10 pequeñas situadas en el centro de los plafones y 14 grandes dispuestas en los travesaños.

No obstante, los elementos más llamativos son los dos llamadores hechos en fundición con forma de cabeza de león en alusión al apellido de los propietarios de la casa, la familia "Quiñones de León". Toda la puerta está barnizada y los elementos metálicos pintados o esmaltados en negro.

Antes de la intervención por parte de la empresa especializada, la puerta presentaba daños fundamentalmente en su parte inferior más desprotegida y sobre la madera proliferaban hongos y algas que motivaron su pérdida de consistencia. De forma adicional, la exposición continuada al sol provocó la decoloración de la superficie mientras que las piezas metálicas de hierro presentaban oxidación y algunas de las flores decorativas estaban desajustadas antes de la rehabilitación.

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