España cuenta con uno de los patrimonios mineros más importantes del mundo y las iniciativas turísticas generadas en torno a él ya generan 200.000 visitantes al año. Asturias lidera la puesta en valor de este legado industrial, pero también destacan Castilla y León -la zona de El Bierzo- y Andalucía, donde las minas y el ferrocarril restaurados en Río Tinto reciben 60.000 turistas anuales. "Si ellos lo hacen, ¿por qué Vigo no? Los muelles son vestigios muy importantes para conocer la historia de la zona y desarrollar el turismo", sostiene Iago Pozo.

Instituciones españolas e internacionales de conservación del patrimonio consideran una prioridad la recuperación in situ de los vestigios industriales y destacan la oportunidad de desarrollo que suponen para zonas en declive económico por el cierre de sus viejas fábricas.

Los tres autores del trabajo ponen como ejemplo de recuperación el cargadero de Ribadeo, que también data de principios del siglo XX. Allí se embarcaba el mineral de hierro extraído de las minas de A Pontenova. Solo se conservan los pilares de piedra originales y parte de la estructura ha sido reconstruida, mientras que el entorno se ha transformado en una zona de esparcimiento para disfrutar de las vistas.

Asturias ha creado varios centros de información turística para dar a conocer la actividad de extracción del carbón y también el patrimonio ferroviario. El Museo de la Minería es el segundo más visitado de toda la región y da a conocer la evolución de esta industria desde el siglo XVIII.

La oferta de la comunidad vecina incluye la senda verde del Valle del Turón, que transcurre al lado de las vías ferroviarias construidas por la compañía de extracción Hulleras del Turón. Quienes la recorren tienen la oportunidad de visitar los antiguos pozos y minas o un polvorín restaurado.

El estudio sobre los cargaderos voladizos de Rande justifica su recuperación por su condición de "claro ejemplo de la tecnología utilizada a principios del siglo XX" y parte integrante del patrimonio minero y ferroviario abandonado de Vigo y de Galicia.

Una actuación que, además de difundir esta riqueza, impulsaría nuevas actividades económicas en la zona y crearía conciencia sobre la necesidad de conservarla, además de impulsar estrategias de protección del medio ambiente.

Iago Pozo, Ignacio Pérez y Gonzalo Rial también destacan que ambos complejos turísticos constituirían un lugar de gran interés para que los alumnos de la Escuela de Ingeniería de Minas y Energía del campus de Vigo, la única de Galicia, realizasen trabajos de campo y conociesen la historia de esta industria.

Su intención es enviar el artículo a la Autoridad Portuaria de Vigo una vez sea editado por Industrial Archaelogy Review.