Internet está lleno de oportunidades para los coleccionistas, amantes de lo genuino que ansían hacerse con bienes únicos. Esto es lo que pretendía un aficionado del Celta, en especial del canterano Borja Oubiña. Su predilección por el centrocampista celeste fue tal que dio con un anuncio en la red donde se vendía la camiseta que el propio jugador había vestido durante el partido de vuelta de los octavos de final de la Champions League contra el Arsenal en la temporada 2003/2004.

Días después de la adquisición, llegó a su vivienda la elástica azul celeste. En principio todo semejaba correcto, pero al analizar la camiseta, su nuevo dueño descubrió que no era igual que la que se ofertaba en el anuncio y además, según explicaron fuentes cercanas al caso, tampoco coincidía en varios aspectos con la real. Por un lado, el jugador emplea una talla L mientras la camiseta enviada era una XL y en cuanto al logotipo del torneo venía cosido en vez de pegado.

Estos detalles hicieron sospechar al comprador que decidió interponer una denuncia. El Juzgado de Instrucción 4 de Vigo asumió el caso y se celebró un juicio por la comisión de un delito leve de estafa, al ser la cuantía de la camiseta vendida inferior a los 400 euros. Sin embargo esta vista no pudo concluirse porque el magistrado entendió que era necesario un informe por parte del conjunto celeste que demuestre cómo era en realidad la camiseta de dicha temporada.

Para ello, fue necesario contactar con el propio Borja Oubiña para que proporcionase una camiseta de dicho año para comparar. Oubiña, según fuentes del caso, tuvo que recurrir a su madre para hacerse con la elástica, ya que colecciona todas las camisetas de su hijo. Esta prenda fue entregada ayer mismo en el juzgado vigués.