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Nuevas fórmulas de éxito para autónomos y pequeñas empresas

Más de un centenar de emprendedores y pymes vigueses apuestan por centros de trabajo abiertos

En Vigo hay media docena de centros de trabajo compartidos que reúnen a profesionales de muy diversos sectores -En los últimos años se han profesionalizado y además de espacio físico ofrecen asesoría y formación - Muchos rozan el lleno, pero la demanda parece por ahora cubierta

Cinco años después de que abriera camino en la ciudad el primer centro de trabajo compartido, la fórmula del coworking se revela como una alternativa realista y cada vez más consolidada por la que ya no solo optan freelance que desarrollan algún tipo de actividad para terceros. Estos centros donde profesionales de muy diversos sectores comparten un mismo espacio físico e infraestructura acogen en la actualidad a más de un centenar de emprendedores y pequeñas y medianas empresas de Vigo que buscan ahorrarse costes en los suministros básicos y tienen interés en esta nueva dinámica de trabajo en la que se comparten conocimientos, se crean alianzas y de la que acaban surgiendo proyectos en común.

Lo que arrancó como una nueva modalidad de centro de trabajo de bajo coste para profesionales liberales que venían de desarrollar su actividad a domicilio, responde ahora a las necesidades de sectores mucho más amplios y con mayores demandas. A los diseñadores, periodistas, fotógrafos y arquitectos que ocuparon los primeros puestos de trabajo cooperativo de la ciudad, se suman ahora productores audiovisuales, agentes inmobiliarios, empresas de asesoría y organización de eventos, editoriales, consultores tecnológicos y abogados.

La mayoría son profesionales jóvenes con una alta cualificación. Pero a partir de ahí las similitudes se han ido superando debido a la llegada a este nuevo sistema colaborativo de gente de todos los sectores atraída por la inmediatez de poder ocupar una mesa de trabajo y operar en cuestión de días desde que eligen la ubicación y la flexibilidad de poder optar por tarifas de media jornada, puestos fijos o mesas aleatorias, despachos individuales e incluso pases por horas o la reserva esporádica de salas de reuniones para atender a clientes sin compromiso de permanencia.

La tarifa media por un puesto fijo mensual a jornada completa con conexión a internet, los gastos básicos cubiertos y acceso a las salas comunes ronda los 150 euros. En Vigo hay media docena de iniciativas privadas en las que ya desarrollan su actividad más de 110 trabajadores independientes y pymes.

El centro coworking más veterano, que fue también el primero en funcionar en Galicia, es Espacio Nido, en Ferrería, al que han seguido Coworking Vigo, Dinamo Coworking, Sinergia Coworking & Lab, Creatio Work y La Planta. Cerró otro local de trabajo colaborativo que funcionaba en Marqués de Valladares y VM17, que también fue de los primeros en abrir en 2012, ha cambiado de localización y reorientado su actividad hacia la organización de eventos.

"Es un estilo de trabajo que hace que el pequeño profesional cuente con un gran equipo y un gran espacio en el centro de Vigo", destacan en Dinamo Coworking, mientras que desde Espacio Nido atribuyen el éxito de la fórmula a que "sigue sin haber otras alternativas realistas desde el punto de vista económico para profesionales que están empezando". "En un mismo espacio físico se obtienen todas las ventajas y oportunidades de negocio que naturalmente se suceden entre emprendedores", alaban en Coworking Vigo como uno de sus atractivos, además del acceso de los usuarios a cursos de formación y asesoría legal y fiscal que han ido incorporando los centros en los últimos años para satisfacer las necesidades de coworkers que trabajan en remoto para grandes multinacionales u operan con otros países y precisan conocimientos tributarios o sobre legislación.

El nivel de ocupación de estos seis centros es muy alto, pero salvo en uno, todos tienen puestos individuales o despachos libres, por lo que podría entenderse que la demanda actual en la ciudad está cubierta. Respecto al futuro de estas iniciativas ninguno de sus responsables se aventura a vaticinar cómo evolucionará la demanda, aunque son optimistas porque entienden que "la fórmula es inmejorable", como resaltan desde Creatio Work, que tiene como zona de influencia el Calvario. "Por un precio ridículo uno puede centrarse única y exclusivamente en su trabajo", añaden desde La Planta Coworking, mientras que la coordinadora de Sinergia se muestra rotunda: "El futuro se dirige hacia el trabajo cooperativo y colaborativo".

Por ahora todos reconocen que hay una rotación constante entre sus ocupantes y apuestan por la diversidad de sus inquilinos como algo enriquecedor. La mayoría están ubicados en el centro por facilitar a sus inquilinos las gestiones administrativas o financieras y evitar desplazamientos a sus clientes. Con el tiempo han ido perfeccionando su oferta y muchos ya ofrecen acceso las 24 horas del día los 365 días del año, ofrecen formación a los coworkers y el uso de la sede como domicilio social o fiscal para las empresas que allí operan.

Estos espacios privados tratan de diferenciarse de los viveros públicos ofrecienco más flexibilidad tarifaria y de espacios y profundizando en las relaciones entre los diferentes coworkers.

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