El diseño de Jorge Salgado y Celso López reduce en casi 5.000 metros cuadrados la edificabilidad, en un 35%, lo que reducirá la inversión pública, con la supresión de elementos superfluos como las dependencias de carga y descarga, adosadas a los silos por el este, el derribo de la construcción situada en la esquina con la calle Cachamuiña, antigua casa del guarda, y en el extremo opuesto la última planta del edificio. También se suprimen algunas pasarelas y pequeñas edificaciones y viviendas en ruinas "disconformes" con la propuesta.