Si los espaghetti western gozasen hoy del éxito que alcanzaron en los años 60 y 70, al desierto de Los Monegros o los paisajes esteparios de Las Tabernas, en Almería, les saldría un duro competidor en tierras gallegas para servir como escenario de los filmes. Eso sí, con una toponimia mucho menos evocadora del Salvaje Oeste: la Plataforma Logística Salvaterra-As Neves (Plisan).

Más de una década y media después de que Xunta, Zona Franca y Puerto firmasen su convenio, la Plisan es hoy poco más que un erial desértico. "Un escenario postcatástrofe nuclear con estética Mad Max", como llegó a ironizar el diputado socialista Abel Losada durante uno de los debates que los sucesivos retrasos de la infraestructura han protagonizado en el Parlamento de Galicia.

Tras muchos anuncios, otras tantas fotos institucionales sobre el terreno y una inversión millonaria, la Plisan se mantiene aún inacabada y sin despegar 17 años después de proyectarse. Hace una semana, de hecho, el presidente del Puerto de Vigo reconocía sus "esperanzas" de que la comercialización de los primeros 100.000 m2 de suelo se activase "dentro de este año". En los últimos días desde la Xunta se reiteraba ese horizonte, pero apuntaban: "Se prevé iniciar la comercialización del suelo este año para que las empresas empiecen a instalarse en 2018". La valoración se hizo el jueves, horas después de que San Caetano diese luz verde a invertir cuatro millones en una depuradora para la plisan.

Estado en el que se encuentra la Plisan tras sucesivos retrasos // FOTO: JOSÉ LORES

Muy lejos quedan los plazos que se manejaban en origen. Cuando en enero de 2001, Xunta, Zona Franca y Puerto -entonces representados, respectivamente, por Xosé Cuiña, Pablo Egerique y Julio Pedrosa- firmaron el convenio de la Plisan, el objetivo era que la primera fase entrase en servicio solo unos años después, a principios de 2003.

Ese ritmo de adagio -sino de largo larghissimo- contrasta con los motivos que llevaron a impulsar en origen el también conocido como Puerto Seco: la urgencia con la que los empresarios reclamaban más suelo industrial en Galicia. Ya entonces alertaban que existía un serio riesgo de que las inversiones se trasladasen hacia el norte luso.

Y su temor no era infundado. La disponibilidad de suelo a buen precio al otro lado del Miño ha atraído en los últimos años el interés de numerosas empresas. Desde el Gobierno de Portugal se ha dado muestras además de que pondrá toda la carne en el asador para que esa tendencia no se frene. Hace solo un par de semanas la Administração dos Portos do Douro, Leixões e Viana do Castelo (APDL) presentaba el ambicioso plan de inversiones con el que pretende afianzar a Oporto como "referente" del tráfico portuario en el noroeste. En total gastará 426,5 millones, de los que algo más de 54 se destinarán a construir una "plataforma multimodal logística".

Según la APDL, las diferentes fases de las obras irán finalizando entre el año que viene y 2022. Su nueva plataforma logística vendrá acompañada de una nueva terminal de contenedores, la tercera, a la que dedicará 320 millones y que estará completada en 2025; obras en uno de sus muelles por 43,4 millones e infraestructuras que sumarán otros 12 millones. La meta: doblar la capacidad del puerto en el tráfico de contenedores y ganar competitividad.

Accesos a la Plataforma Logística de Salvaterra-As Neves // FOTO: JOSÉ LORES

Tras conocer los planes de la APDL, empresarios, consignatarios, armadores, transportistas... vinculados al puerto olívico recordaron las tareas a las que debe hacerse frente en Vigo si no quiere que Leixões le coma terreno. Y entre ellas figuraba, una vez más, la demanda de suelo: la Plisan. "O eres competitivo o te borran del mapa", alertaban.

Esa carencia ya ha tenido consecuencias. En 2009, por ejemplo, Mitsubishi desistió de instalar en Salvaterra la que sería la mayor fábrica de baterías de litio de Europa por la falta de suelo y la inseguridad jurídica que rodeaba a la Plisan. En los últimos meses FARO desvelaba que otra multinacional, Tesla Motors, que planea abrir su primera gigafactoría en Europa, tiene ya sobre su mesa ofertas del norte de Portugal. Otro indicar relevante es la alta ocupación de los polígonos industriales situados al otro lado de la raia. Entre la decena de municipios que componen el Alto Minho suman más de 30 empresas españolas, la mayoría con capital de origen vigués.

Obras de urbanización en una parte de los terrenos // FOTO: JOSÉ LORES

A pesar del estado actual de la Plisan, desde que se firmó su convenio, en 2001, ha recibido ya una inversión notable. A finales de 2014 se hablaba de más de 90 millones, cantidad a la que se suman los 13,5 correspondientes a las obras de urbanización de la primera fase, contratadas por la Xunta en 2015. También las inversiones del Puerto, que según el cronograma que recoge su memoria contable de 2015 -publicada en el BOE- le dedicó 539.000 euros ese año. En el mismo documento se preveían otros 9,7 millones para 2016. El BOE también recoge contratos del Consorcio en los últimos años. Desde el inicio del proyecto le había dedicado al cierre de 2014 -según recogen sus cuentas-, casi 17 millones. Solo a la carretera de 4,5 kilómetros que enlaza el Puerto Seco con la A-52 se destinaron 22 millones. Debido al estado actual de la Plisan, el vial lo usan casi en exclusiva los vecinos para dar largos paseos. Esta semana la Xunta anunciaba otros cuatro millones para una depuradora y recordaba que este mes se abonará algo más de un millón a los propietarios del terreno por las expropiaciones.

Los primeros retrasos en el proyecto se dieron muy pronto. Primero, por las dificultades para identificar a los propietarios de las 5.800 parcelas en que se dividía su superficie original y, más tarde, por las desavenencias en la expropiación. Los afectados reclamaban sus derechos mineros, lo que les llevó a manifestarse en la Praza do Obradoiro; o a celebrar la Nochebuena en la casa consistorial de Salvaterra, en 2009, a modo de protesta. Los litigios vinculados con las expropiaciones ya han engrosado la factura de la Plisan de forma notable. En apenas unos días se abonará otro millón.

La Xunta espera que las empresas empiece a instalarse en 2018 // FOTO: JOSÉ LORES

El mayor golpe al proyecto llegó sin embargo en junio de 2010, cuando el Tribunal Supremo anuló el Proyecto Sectorial de la Plisan por incluir terrenos clasificados como "no urbanizables y de especial protección forestal". Para atajar esa situación en enero de 2011 la Xunta tuvo que modificar el proyecto, excluyendo algo más de un millón de metros cuadrados hasta situar el Puerto Seco en 3,09 millones de m2.

Tras ese cambio las tres instituciones que promueven la infraestructura acordaron regresar al régimen de proindiviso original y se comprometieron a continuar el desarrollo del proyecto en condominio. La participación Zona Franca se fijó en 21,1%; la de la Autoridad Portuaria, en un 60,6%; y la de la Xunta (IGVS), en el 18,3%. Las instituciones no renuncian sin embargo a reincorporar los terrenos perdidos a raíz de la sentencia del 2010.

Aunque las tres instituciones se fijaron como objetivo ofertar suelo ya en 2013, esa meta volvió a posponerse. Durante una visita a los terrenos de la Plisan, en el verano del año pasado, la Xunta informó de que se había ejecutado un tercio de las obras de urbanización de la primera fase, una obra de 13,5 millones de euros y que busca habilitar 700.000 m2. Esta semana señaló que están ejecutados ya al 70% para iniciar su comercialización este año. Los primeros 100.000 m2 se ofertarán a un precio especial, de 50 euros/m2.