A la espera de que el Puerto Seco se convierta de una vez en la gran plataforma industrial de Galicia -que es el fin con el que se proyectó, hace más una década y media-, el uso que sí se le ha dado ya es el de photocall. Desde que Xunta, Zona Franca y Autoridad Portuaria firmaron el convenio de la primera fase, en 2001, han desfilado por los terrenos de Salvaterra políticos de todo rango y color político. Conselleiros, alcaldes, delegados del Consorcio, ministros, presidentes portuarios, presidentes autonómicos... Se han retratado en sus terrenos, aún cuando, más de una década y media después de aquella firma a tres bandas, el solar sigue siendo un erial vacío. Sus promotoras aún confían en iniciar este año su comercialización.

A día de hoy se ejecutan en el terreno las obras de la primera fase de los sistemas generales del Puerto Seco, que arrancaron en octubre de 2015. El objetivo es lanzarse al mercado este año para que las empresas interesadas "comiencen a instalarse en 2018".

Tras la firma del convenio en enero de 2001 entre Xosé Cuiña, Pablo Egerique y Julio Pedrosa, en representación, respectivamente, de Xunta, Zona Franca y Autoridad Portuaria, la otra gran instantánea llegó en diciembre de 2005, cuando el por entonces presidente gallego, Emilio Pérez Touriño, presidió el acto en el que se colocó la primera piedra del Puerto Seco. Entonces el plan era alcanzar 4,2 millones de metros cuadrados con una inversión de algo más de 142 millones.

Poco después en julio de 2007 la conselleira de Vivenda e Solo, Teresa Táboas, visitó la zona con el presidente de la Autoridad Portuaria, Jesús Paz. Sus previsiones pasaban por que el parque estuviera "operativo en 2009".

Ese mismo año visitaba las obras en la Plisan la por entonces delegada de Zona Franca, Teresa Pisano. Su sucesora, Teresa Pedrosa, lo hacía en 2015 acompañada, entre otras, por la conselleira de Infraestruturas Ethel Vázquez; la exministra de Fomento, Ana Pastor y el por entonces presidente portuario, Ignacio López-Chaves. Un año después este último regresaba con su sucesor, López Veiga; la conselleira Vázquez y la delegada Pedrosa.