La Xunta ve con buenos ojos la propuesta lanzada hace meses por el Concello de convertir en vial urbano el tramo de la AP-9 que transcurre entre el enlace de Buenos Aires y el centro de la ciudad, aunque sin concretar plazos ni inversiones. La transformación de ese trecho de 2,5 kilómetros, que transcurre por pleno casco urbano, fue uno de los temas que ayer trataron la Consellería de Infraestruturas y el Ministerio de Fomento en Madrid, durante la primer cita de la comisión sobre la AP-9 que ambos organismos acordaron crear en enero.

En la actualidad esos 2,5 kilómetros de autopista se pueden usar solo para el tráfico interurbano -entre diferentes municipios- y no permite salir a los vehículos que proceden del centro de Vigo ni entrar hacia el casco urbano. Con la transformación de ese trecho en vía urbana se contemplarían todos los movimientos y circunvalaría una parte de la ciudad. Viales ahora muy congestionados, como Sanjurjo Badía o Travesía, verían así cómo se reduce su intenso tráfico.

Tras valorar esas ventajas la Xunta reconoce la utilidad que tendría para Vigo la conversión del tramo en vial urbano, aunque no especifica cuándo o cómo podría hacerse. Sí señala que ayer se abordó el tema en la cita con Fomento, durante la que se analizaron las posibilidades de la conversión y se apuntó la necesidad de que preserve el uso de la autopista.

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Ambas instituciones acordaron también solicitar al Concello una propuesta técnica sobre la conversión. Desde San Caetano justifican su necesidad recordando que la AP-9 es un vial estatal que, tras el cambio, pasaría a adoptar un uso municipal. También apuntan que la cuestión puede contemplarse en la redacción del nuevo PXOM.

En junio el alcalde, Abel Caballero, anotó la necesidad de "paliar la deshumanización" de la AP-9 a su paso por Vigo. "Ese tramo de autopista es exactamente el mismo que se inauguró. No ha sufrido ninguna reforma ni ninguna mejora de calado, pero la ciudad desde entonces ha cambiado mucho y la AP-9 tiene que adaptarse a los nuevos tiempos", enfatizó. Como parte de esa mejora, Caballero exigió a Audasa que facilite un acceso de entrada a la autopista desde Buenos Aires en dirección Vigo y construya otro de salida a esa altura. Poco después, en julio, el pleno municipal reclamaba por unanimidad a la concesionaria de la Autopista del Atlántico un "acceso digno" de la AP-9, mejor conectado y que frene la contaminación acústica que padecen numerosos vecinos.

Los graves problemas de ruidos que genera el acceso de la AP-9 también se abordaron durante la reunión entre Xunta y Fomento. Según señaló tras el encuentro San Caetano -a través de un comunicado-, el ministerio "confirmó su voluntad de aplicar las medidas necesarias para paliar el impacto del ruido en las zonas afectadas por las obras de ampliación de la autopista en Redondela". En ese caso, sin embargo, tampoco se aportaron más detalles ni un plazo para activar esas medidas, reclamadas por los vecinos.

Fomentó sí detalló que en abril prevé licitar las obras del nuevo acceso a la Ciudad de la Cultura, en Santiago. Otro tema que estuvo sobre la mesa durante la reunión, a la que asistieron, entre otros, la conselleira Ethel Vázquez; y el secretario de Estado Julio Gómez-Pomar, fue realizar un seguimiento de las actuaciones adoptadas para evitar retenciones en las áreas de peaje.