El gobierno vigués dio ayer por finalizadas las obras en la rehabilitada Casa do Patín de Bouzas. El alcalde, Abel Caballero, visitó el renovado inmueble junto a la edil de Patrimonio Histórico, Carmela Silva, y los ediles de Fomento, David Regades, y Distritos, Ángel Rivas. "Es una de las mejores y más importantes recuperaciones que se han hecho en la historia de esta ciudad", ensalzó el regidor recordando que el proyecto se adjudicó en 385.000 euros y que durante la primera visita a la zona hace cinco años la situación era de completa ruina.

El Concello prevé que en el plazo de un mes se puedan inaugurar las nuevas instalaciones públicas que acogerán un espacio de lectura, un salón de actos y una oficina municipal descentralizada para informarse sobre trámites oficiales. El edificio también acogerá a colectivos ciudadanos de Bouzas, según recordó ayer Caballero.

La Casa do Patín es un edificio singular que cuenta con la máxima protección de la Ley de Patrimonio de Galicia. En el mandato anterior el Concello acordó expropiar la finca que se encontraba en un "estado lamentable" y abonó un total de 504.000 euros a los que en 2013 se sumaría el importe de la reforma iniciada en marzo de 2015. Inicialmente los trabajos iban a prolongarse durante medio año pero finalmente se empleó más tiempo del previsto porque hubo que reforzar los muros para poder reconstruir las partes más dañadas.

El proyecto dio empleo a medio centenar de trabajadores, según las estimaciones municipales y Caballero aprovechó ayer la visita para destacar la "calidad" de la reforma y su "extraordinario diseño", felicitando personalmente a la primera teniente de alcalde y responsable de Patrimonio por el resultado.

El Concello prevé que la Casa do Patín sea ya de uso público a partir de marzo y que Bouzas gane su demandada biblioteca para los jóvenes del barrio, un tema que fue tratado en el pleno en reiteradas ocasiones. Los colectivos culturales del barrio también ganan un salón de actos para sus actividades.

Los vecinos de Bouzas verán con su apertura cumplida una vieja aspiración. El inmueble, del que hay constancia desde el siglo XV, es junto a la Casa Arines Torre de Ceta la edificación más antigua del término municipal y se encontraba en estado de ruina desde los años setenta hasta que fue adquirida por el Concello en 2011. El empleo de algunos elementos modernos en las ventanas y las bajantes generaron dudas en el vecindario.