El puerto de Vigo ve cómo se alza un durísimo competidor por el sur, al otro lado del Miño. Si Leixões ya arrebata decenas de miles de toneladas cada año a los muelles olívicos gracias a su agilidad en el despacho de mercancías, su amenaza podría alcanzar nuevas cotas en cuestión de una década. Portugal tiene sobre la mesa un ambicioso plan para reforzar la competitividad de la terminal portuense con nuevas infraestructuras, reformas, ampliaciones... que se ejecutarán a lo largo de los próximos diez años -antes de 2026- hasta sumar una inversión de 430 millones de euros, incluyendo aportaciones del Gobierno portugués, fondos comunitarios y, especialmente, financiación privada. El grueso de la inversión, unos 240 millones, procederán de hecho de este último sector.

Los detalles de la estrategia los desgranó hace solo unos días la ministra lusa del Mar, Ana Laura Vitorino, quien dejó claro además qué persigue Portugal con esa apuesta millonaria: convertirse en referente en el norte peninsular y ganar presencia en el mercado español, incluido el gallego, donde desde hace años capta tráficos con destino Vigo.

"El objetivo es que el Puerto de Leixões consolide y amplíe su papel como puerta de entrada al noroeste peninsular, con un papel más prominente a nivel internacional, ampliando su zona de influencia en España, y afirmando su papel como puerta de entrada". Según recoge el diario portugués Publico, en un mes se prevé que arranque el debate sobre el impacto de todas las inversiones previstas.

Haz click para ampliar el gráfico

De los 429,5 millones que se destinarán a Leixões, casi el 75%, unos 320, se emplearán en la construcción de una nueva terminal de contenedores con la que el puerto quiere duplicar su capacidad para ese tráfico, preparándose para 1,5 millones de TEU´s. Según las estimaciones de la Administraçao dos Portos do Douro, Leixões e Viana do Castelo (APDL), la nueva infraestructura también "aumentará la productividad en cerca del 40%". Durante su fase de construcción la APDL estima que se dará empleo a más de 4.800 personas.

En la actualidad Leixões ya juega un rol clave en el tráfico de contenedores del noroeste. Los datos divulgados por la APDL muestran que en 2016 pasaron por la terminal portuense 658.672 TEU´s, un 5,5% más que el año anterior. Durante ese mismo período por Guixar pasaron 218.044, lo que representa una caída del 2,5%.

De ese volumen de mercancía que entra en la península por los muelles de Leixões, hay una parte llega con destino Vigo. Las trabas burocráticas con las que se encuentran las consignatarias en el Puesto de Inspección Fronteriza (PIF) olívico las lleva a optar a menudo por Leixões como punto de descarga. Allí los inspectores favorecen un despacho más ágil y competitivo. En 2016 se desviaron al puerto luso por esa razón 57.000 toneladas de pesca congelada. Solo durante el primer cuatrimestre de 2009 se perdieron en favor de Portugal -según las estimaciones que aportó Praza da Estrela- 100.000 toneladas en contenedores.

A construir la nueva terminal se dedicarán 123 millones procedentes íntegramente del sector privado. Los restantes 197 se invertirán en otras infraestructuras que la complementan, como un rompeolas, accesos marítimos y una infraestructura para pesca. El calendario que maneja la APDL contempla que el proyecto arranque este mismo año y finalice antes de 2026. Las obras de la nueva terminal de contenedores empezarían en 2018 y durarán hasta 2025. La APDL ya ha anunciado que el estudio de impacto ambiental para el prolongamiento del rompeolas se lanzará en breve.

Otro proyecto incluido en el plan estratégico de Leixões es la reconversión de la Terminal de Contenedores Sur, lo que -estima la APDL- incrementará un 26% su capacidad para desplazar depósitos y un 12% su productividad. La inversión alcanza en este caso los 43,4 millones, aportados también por el sector privado. El proyecto de ejecución ya estaría concluido, por lo que se espera que las obras empiecen en 2018 y concluyan en 2019. La ministra justificó esa inversión en que la actualidad la terminal ya "trabaja por encima del 90%" de sus posibilidades. Las nuevas dotaciones permitirán a Leixões superar las limitaciones que padece ahora por falta de calado. "No solo se aumentará la capacidad de manejo de carga en contenedores; el puerto también podrá recibir barcos de mayor tamaño", comentó la ministra del Mar al referirse a la nueva terminal y las obras para la reconversión de la actual.

Según se detalla en la web oficial de la APDL, el puerto de Leixões tiene dos terminales de contenedores: la Norte, con un fondo de 10 metros y capacidad para almacenar 4.000 TEU´s, lo que supone unos 2.600 contenedores; y la Sur, de 12 metros de fondo y con capacidad para el almacenaje de 15.000 TEU´s, aproximadamente 10.000 depósitos. En la nueva el fondo será de 14 metros.

El plan para Leixões se completa con otras dos actuaciones: una plataforma multimodal logística y aumentar la eficiencia de la terminal de graneles sólidos y alimentarios. El primer proyecto, que requerirá una inversión de 54,1 millones, permitirá al puerto "aumentar la capacidad de almacenamiento en segunda línea" , lo que haría posible disparar el tráfico portuario cerca de un 19%. Los trabajos empezaron en 2014 y finalizarán en 2022. La segunda actuación -con una inversión de 12 millones- busca reducir la contaminación que genera la actividad portuaria. Esa celeridad contrasta con el ritmo de la Plataforma Logística de Salvaterra-As Neves (Plisan), que tiene como objetivo abastecer de suelo a las empresas de la comarca olívica, en especial a aquellas vinculadas a la actividad portuaria de Vigo.

Terminal de cruceros

A pesar del elevado montante del plan para reforzar la competitividad del puerto de Leixões -430 millones-, esta no será la primer inversión millonaria que se haga en la terminal portuguesa. Hace solo un año y medio, en julio de 2015, Oporto estrenó una flamante terminal de cruceros que costó más de 50 millones de euros. El objetivo -como reconocían entonces sus responsables- era disparar su tráfico de trasatlánticos y ocupar un lugar destacado en el noroeste peninsular. La meta era alcanzar los 130.000 cruceristas en 2018. Y va camino de conseguirlo. Según las últimas estimaciones de la APDL, este año el pasaje se incrementará casi un 50% hasta alcanzar los 105.000 viajeros. El año antes de que se inaugurase la nueva terminal, en 2014, Leixões había registrado solo 64.500. El aumento en tan solo tres años sería así más que notable: de casi el 63%.

El puerto de Vigo cerró el año pasado con cerca de 169.100 viajeros -un 17,5% menos que el anterior- llegados en 83 escalas distintas. Para este año se prevé sin embargo un descenso importante. En mayo de 2016 estaba confirmada la presencia en Vigo de 40 buques y 116.000 cruceristas. Para mejorar ese resultado, el actual presidente de Praza da Estrela -quien asumió el cargo a finales de 2015- inició una intensa campaña para ganar tráfico que ha permitido elevar el número de escalas a 71. Una treintena más, a pesar de que las navieras programan con mucha antelación.

La APDL asegura que tiene confirmadas ya 107 escalas, muy por encima de las 84 anotadas el año pasado, si bien los buques que recalan en Leixões suelen ser de menor tamaño que los de Vigo y por lo tanto transportan menos pasaje. A mediados de 2016 A Coruña preveía sumar 90 escalas y 182.300 viajeros.