La Segunda Fase del Plan de Acción contra el Ruido evalúa la efectividad de los reductores sonoros que también plantea para el acceso de la autopista a Vigo. En primer lugar analiza las barreras o pantallas acústicas. Dice que en general suelen "quedarse cortas" para lo que se espera de ellas. "Cuanto más alta sea, más eficaz será", apunta el documento. Admite también que la altura máxima, que no suele superar los 5 o 6 metros, "está condicionada por otros factores como el paisajístico, el mantenimiento o el ambiental". Respecto a su longitud, recalca que "cuanto más alejada de la barrera esté la zona que se desea proteger, más larga deberá ser para conseguir una atenuación del ruido aceptable". Para un modelo clásico, sitúa el coste medio en 250 euros el metro cuadrado.

El estudio de Fomento concede más eficacia, sobre todo en viales interurbanos donde se circula a velocidades altas, al pavimento fonorreductor o "silencioso". Con la aplicación de esta clase de superficies "altamente porosas o microaglomerados discontinuos en caliente" se logran "reducciones significativas de ruido". Fija en 115 euros el coste de un metro lineal en una calzada de 10,5 m. de anchura.

De los tres reductores que analiza, la instalación de cubiertas o semicubiertas son los más costosos y con diferencia. Tomando como referencia obras de este tipo ya ejecutadas , el metro rondaría los 4.700 euros. El problema, además de la importante inversión que conlleva, "es que puede exigir incluso modificaciones importantes de la infraestructura".