La Asociación DOA Saúde Mental cumple 30 años al servicio de los pacientes que sufren alguna enfermedad mental en Vigo. Con dos locales en la ciudad olívica, la entidad solicita más medios para poder atender a más personas.
-¿Cómo ha evolucionado DOA desde 1987 hasta nuestros días?
-La asociación comenzó siendo muy familiar, con un pequeño taller en la calle Areal para unos pocos pacientes. En 1994 el Concello nos cedió la que es ahora nuestra sede y gracias a la que pudimos recibir a más personas enfermas. Además nos hicimos cargo de tres pisos tutelados y hace poco más de dos años obtuvimos la cesión de un segundo local para el desarrollo de actividades de rehabilitación piscosocial. Hemos enriquecido mucho el servicio que prestamos a las familias.
-¿Qué función tiene este nuevo local?
-La idea inicial era la creación de un centro para personas valoradas con dependencia por salud mental de cara a que su día a día fuese lo más normal posible. Todavía no lo hemos podido llevar a cabo y en la actualidad celebramos numerosos talleres. Este año esperamos acondicionarlo para mejorar las instalaciones y añadir más cuartos de baño.
-¿Cuántos pacientes tiene actualmente DOA?
-El centro que tenemos en la calle Romil dispone de 64 plazas que se ocupan a diario. Además contamos con tres viviendas tuteladas que dan cabida a 15 personas más. Por suerte para nosotros, actualmente la lista de espera es bastante pequeña, aunque si necesitaríamos más espacio porque en el entorno de la ciudad olívica puede haber hasta 2.000 personas con alguna enfermedad mental, y al menos dos centenares si precisarían ingresar en un centro de rehabilitación como el nuestro.
-¿Cuáles son las enfermedades más comunes entre los enfermos que acuden al centro?
-Principalmente destaca la esquizofrenia, que alcanza hasta un 80% de nuestros pacientes. Luego tenemos a varios enfermos con trastorno bipolar y trastorno de la personalidad.
-¿Cómo han evolucionado estas dolencias en los 30 años de actividad de DOA?
-Los porcentajes se mantienen muy parecidos en el tiempo, así como el sexo de los pacientes, que son fundamentalmente varones. Lo que sí se ha multiplicado son los episodios psicóticos de los enfermos, que han aumentado por el consumo de sustancias tóxicas.
-¿Un enfermo mental puede llegar a tener una vida normal?
-Trabajamos para eso. Queremos que las personas afectadas consigan llevar una vida plena. Muchos, siguiendo un tratamiento, obtienen un trabajo y terminan formando una familia que no presenta grandes diferencias de aquellas en las que todos sus miembros carecen de problemas mentales.
-¿Cuáles son los próximos pasos que espera dar DOA?
-La crisis económica nos ha influido negativamente en el número de socios. Intentaremos recuperar los datos que teníamos antes para poder avanzar en los nuevos proyectos que tenemos entre manos. Lo que más nos ocupará en los próximos meses es tratar de encontrar la manera de mejorar la integración laboral de nuestros pacientes, que todavía es muy deficitaria.
