"Por supuesto". Fue la respuesta del socio único y gerente de las empresas Construcciones y Estructuras Dabalpo a la primera pregunta que le hizo el fiscal ayer en el juicio. La de que si las facturas por valor de casi 1,5 millones de euros que recibió hace casi una década por parte de Las 5 Jotas eran ciertas y respondían a servicios reales. La Fiscalía pide para este empresario, Martín D.D., y para el apoderado general de las firmas, Roberto C.G., ocho años y un mes de cárcel para cada uno al estimar que los recibos eran ficticios y acusarles de un fraude a la Agencia Tributaria de 565.247 euros. La defensa, sin embargo, peleará por la libre absolución en una vista oral que durará al menos toda esta semana. "Las 5 Jotas era un buen proveedor", explicó el dueño de estas firmas ourensanas especializadas en mano de obra para encofrados. El grupo empresarial vigués, explicó el acusado, les suministraba madera e incluso, precisó, llegaron a subcontratarlo para labores de "desencofrado y sobre todo limpieza". "Para esas 40 obras de 2007 y 2008 -años en que ocurrieron los hechos que se juzgan- nos sirvieron madera ellos; eran las obras más emblemáticas y que nos daban más volumen de trabajo", afirmó el empresario, señalando sin embargo que la relación después se deterioró y rompió. Y hubo facturas que no fueron abonadas porque la madera "era de malas condiciones".

Tras más de 90 vistas celebradas, este juicio, que se celebra en el Juzgado de lo Penal número 1 de Vigo, es ya uno de los últimos de la trama de Las 5 Jotas. Frente a los numerosos empresarios que confesaron su culpabilidad y llegaron a acuerdos con la Fiscalía, el responsable de Dabalpo sostiene que todas las facturas son reales, explicando que el grupo empresarial vigués fue un "buen proveedor" de madera para "emblemáticos" trabajos que hicieron en A Coruña, Pontevedra o Vigo en una época en que había un "boom" de construcciones. Entre los proyectos importantes que ejecutaron citó encofrados para torres de viviendas, para grandes edificios o para el Ikea de A Coruña. Paradójicamente -dado que el proceso judicial actual se sigue por presunto fraude fiscal- también ejecutaron la estructura de la sede de la delegación de Hacienda en Pontevedra.

Junto al gerente, está acusado Roberto D.D., que negó que le fuese otorgado un poder en la empresa. "No me consta; en todo caso nunca lo empleé", dijo el trabajador, que era quien estaba en las oficinas cuando Hacienda hizo la inspección. "Nos tuvieron retenidos allí", describió este hombre, que sobre las facturas a juicio reiteró que eran reales. "La madera era imprescindible para nosotros; los materiales fueron suministrados", zanjó.

En el banquillo también se sentó Jacobo Costas. Su hermano José Manuel, jefe de Las 5 Jotas, permanece fugado desde hace meses. Frente a lo manifestado por el gerente de Dabalpo, Jacobo aseguró que la gran mayoría de facturas "son mentira". "Se les vendió algún encofrado, pero no pasó de 20.000 euros", señaló. Aunque reconoció que él nunca trató directamente con esta empresa ourensana, precisó que José Manuel le había dicho que las facturas "eran falsas".

Hacienda

A esta misma conclusión llegó el inspector de Hacienda. Éste explicó ayer en el juicio que Dabalpo llegó a denunciarle a él y a todo el equipo que realizó la inspección por prevaricación. "El servicio jurídico de la Agencia Tributaria me dijo que esa denuncia fue sobreseída", subrayó.