El balance de todas las terminales españolas en 2016 difundido ayer por Puertos del Estado confirma los descensos ya admitidos por la Autoridad Portuaria viguesa en tráficos cruciales. Como el del 3,9% en mercancía general que lastrado principalmente por el desvío de líneas de Maersk a Marín y de carga a Leixões (Portugal) ante las trabas en el PIF de Guixar hicieron disminuir un 17% el número de contenedores manipulados en Vigo durante el año pasado. Pero a las caídas en los principales apartados -salvo excepciones como en Ro-Ro, que aumenta por la autopista del mar hasta alcanzar 1.013.429 toneladas, un 7,2% más; o la pesca fresca, donde O Berbés sigue a la cabeza en España, con 83.366 toneladas, un 7% más-, el recuento del organismo estatal revela el desplome de un tráfico más vinculado a la proyección turística del puerto como el crucerístico.

Con el resultado de 2016, de 169.093 pasajeros, la Estación Marítima retrocede a niveles de hace cuatro años. Por debajo incluso porque cerró 2013 con 171.800 cruceristas. Para encontrar balances más inferiores habría que remontarse al inicio de la crisis, cuando en 2007 sumó 150.000.

Comparando el año que acaba de concluir con el anterior, Vigo perdió más de 35.000 cruceristas, un 17% menos, uno de los mayores retrocesos en este apartado registrado en España. Sin embargo, recibió un buque más que en 2015 (83 en total), y aunque son 11 menos que los atendidos por A Coruña, el puerto herculino solo contabilizó 126.735 cruceros (-9,7%) permitiendo al vigués conservar su liderato en el norte en pasajeros.

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Para expertos en este sector, la clave de que Vigo haya podido mantenerse en 2016 como principal puerto crucerístico del norte ha sido a causa, de nuevo, de la mayor capacidad de los buques que recibió. No obstante dan casi por seguro que difícilmente la terminal olívica logrará retener su reinado en este tráfico ante el bajón de escalas previsto para este año, con poco más de 70, frente a las 120 cerradas por A Coruña.