Vigo se prepara para una nueva cuenta atrás espacial. El cuarto satélite de la Universidad, el Lume 1, será lanzado en "abril o mayo" de 2018 para combatir los incendios forestales dentro de un proyecto europeo que combina la tecnología de los cubesat y en el que también participan la Universidad de Oporto y el CNRS francés, el equivalente al CSIC español.

La iniciativa Fire-RS, que cuenta con una financiación de casi 2 millones de euros, se desarrollará hasta 2019 y fue presentada ayer por el rector vigués, el coordinador del proyecto y responsable de la Agrupación Aeroespacial, Fernando Aguado, y los investigadores Pedro Aguiar y Simon Lacroix, de la Facultad de Ingeniería de Oporto y el Laboratorio de Análisis de Toulouse-CNRS, respectivamente.

Mato destacó el "salto cualitativo" que supone la coordinación de cubesats y vehículos aéreos no tripulados para frenar uno de los "problemas históricos más importantes" de Galicia, la "dilapidación" de sus bosques. También confió en que el cuarto satélite "termine de convencer a las instituciones" de que el sector aeroespacial es "un camino viable" que soluciona "los problemas del día a día".

Además de diseñar el aparato y el complejo sistema de comunicaciones, Vigo pondrá a punto los sensores infrarrojos que detectarán los incendios en tierra. Los ingenieros del grupo CIMA serán los responsables de este desarrollo tecnológico. Aguado quiso recordar ayer a su líder, José Antonio Vilán, con el que codirigirá el proyecto y que continúa con su recuperación tras el grave accidente que sufrió hace casi un año.

Por su parte, los investigadores lusos se ocuparán de los drones y las cámaras de infrarrojos y los franceses, serán los responsables de recoger y analizar los datos para realizar los modelos de evolución de incendios y decidir las rutas de los vehículos no tripulados.

El sistema será testado en zonas aún por determinar de Galicia y Portugal y, lo más probable, es que cada prueba involucre "a dos o tres drones". Los responsables del proyecto ya han iniciado los contactos con autoridades y servicios de extinción de ambos países para que participen en la puesta a punto de la red.

Los sensores infrarrojos enviarán una alerta al satélite en cuanto detecten un incendio y el Lume 1 advertirá a su vez a la estación de control del campus vigués, que transmitirá las coordenadas y datos de viento a los expertos franceses para que éstos envíen los drones a la zona y puedan recabar in situ más datos e imágenes.

"La calidad de los modelos de predicción y evolución de los incendios será mayor cuanto mejores sean los datos recogidos. Y la utilización de drones permite obtenerlos en los emplazamientos correctos y precisos. La idea es contar con un sistema que funcione de manera automática para ayudar a las brigadas de extinción", destaca Aguado.

El sistema no solo funcionará como una herramienta para combatir los fuegos, sino también como "elemento disuasorio", apuntó el profesor durante la presentación, pues permitirá identificar a los autores de los incendios intencionados.

El Lume 1 será una "evolución" de sus tres predecesores, aunque más complejo gracias al "bagaje" adquirido durante la última década por la Universidad de Vigo desde que empezó a concebir el XaTcobeo. "El trabajo previo con la ESA y con otras agencias espaciales nos ha permitido abordar ahora un proyecto que combina diferentes elementos y en el que la mayor complejidad es la interconexión entre sistemas. Y la solución debe ser escalable para que en el futuro tenga una aplicación real. Sin todo lo anterior, sería imposible abordarlo", subraya Aguado.

La fase de diseño del cubesat está a punto de finalizarcubesat , y su integración arrancará en el campus vigués en dos o tres meses, pero los detalles del lanzamiento todavía no han sido cerrados: "Ahora mismo estamos contactando con proveedores y podría tener lugar desde EE UU, Europa, Rusia o India".

El Lume 1 estará formado por dos unidades con forma de cubo y tendrá un peso aproximado de 2,5 kilogramos. Su vida útil rondará un año y orbitará entre los 500 y los 600 kilómetros.