Puñetazos, patadas, rodillazos y agresiones con instrumento peligroso, una hoz concretamente. Estos son algunas de los ataques que presuntamente propinó un varón a su ex jefe, dueño de una finca privada empleada como aparcamiento en las inmediaciones del Hospital Meixoeiro. La Fiscalía solició cinco años de prisión y 1.100 euros de multa para el empleado por un presunto delito de lesiones con instrumento peligroso. Concurre además el agravante de reincidencia al pesar sobre el querellado una condena por otro delito de lesiones, esta vez en el ámbito familiar. La vista está fijada para hoy en la sala de la Sección Quinta de la Audiencia de Pontevedra, con sede en Vigo.

Los hechos se remontan a mayo de 2014. Ambos varones se encontraban en el recinto del aparcamiento cuando, tras el inicio de una discusión, el acusado presuntamente golpeó a la víctima con patadas y puñetazos, empujándolo también contra una mesa de cristal que acabó rota. Según relata el fiscal en su escrito de acusación, el perjudicado pudo salir del recinto pero fue agarrado por el acusado que sigió agrediéndolo. En un intento de huir, el procesado cogió una hoz y golpeó con ella al varón dañándolo en la clavícula, dorso y codo.

Tras esto, el varón dejó la hoz en el suelo y regresó a la oficina, momento en el que la víctima escondió la herramienta y fue a "pedirle explicaciones", por lo que regresaron los golpes. Fue el hermano del acusado quién separó a ambos hombres.