La Autoridad Portuaria espera que la automoción sufra un "impacto mínimo" de la huelga convocada para finales de mes por los estibadores, muy lejos del que podrá alcanzar en otros puertos de España. En cualquier caso, y para garantizar que esta industria padezca lo menos posible, el Puerto ya ha trasladado a Fomento que el tráfico vinculado a la automoción es "un servicio esencial" en los muelles de Vigo. Por esa razón espera que el Gobierno lo incluya entre los servicios mínimos de la convocatoria, que aún se desconocen. El objetivo es "minimizar" los efectos de la protesta en un tráfico clave.

Hace casi un año, durante el consejo de administración de mayo de 2016, la Autoridad Portuaria ya movió ficha para blindar la automoción al incluir como servicios mínimos en su reglamento de 1994 "todo lo relacionado con el funcionamiento de PSA". Entonces el presidente de Praza da Estrela, Enrique López-Veiga, ya explicó que un conflicto "no puede paralizar toda la economía de la ciudad". Y Menos todavía -zanjó- "poner en riesgo los empleos de miles de personas" que dependen de la industria.

Desde Praza da Estrela también se señalaba ayer que la actividad en los muelles había vuelto a la "normalidad" tras los paros encubiertos que los estibadores llevaron a cabo a lo largo del jueves, lo que redujo la actividad del puerto en un 30%. Portavoces de la estiba a nivel estatal negaron ayer que el colectivo estuviese realizando actuaciones de este tipo, aunque Antolín Goya, del principal sindicato del sector, la Coordinadora de Trabajadores del Mar, reconoció que los profesionales "no trabajan con las mismas ganas y alegría que en una situación normal".

Representantes sindicales de la estiba se reunieron ayer en Madrid con Fomento -a la cita acudió el secretario de Estado de Infraestructuras, Julio Gómez-Pomar- para intentar alcanzar un acuerdo que permita desconvocar la huelga. La cita se saldó sin acuerdo al mantener las dos partes posturas opuestas: los sindicatos tienen como principal demanda la creación de un registro de estibadores, una exigencia que Fomento considera una "línea roja", ya que la Comisión Europea lo rechaza.

Ambas partes quedaron en volver a reunirse el martes. La patronal de la estiba, Anesco, ya alerta de que las protestas generan una caída del 70 por ciento en el rendimiento de los puertos.

Tras la reunión en Madrid también se pronunció la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones. Su vicepresidente ejecutivo, Mario Armero, alertó de que podría llegar a paralizarse de forma temporal las fábricas. "Una huelga tendría una incidencia brutal, ya que el 40% de los vehículos se mueven en barco y la mayor parte de la fabricación se exporta a otros países", anotó, antes de urgir al Gobierno central acciones "paliativas".