El temporal golpeó ayer con fuerza a Vigo. La lluvia se hizo notar, pero fue el intenso viento -con rachas que llegaron a alcanzar los 113,8 kilómetros por hora en la estación del campus, los 106,9 en la del puerto y que casi rozaron los 130 en las islas Cíes- lo que trajo consigo un incesante reguero de alertas que se tradujeron en más de 360 incidencias que no dieron tregua a los servicios de emergencia. Policía Local y bomberos, con todos sus efectivos en la calle, trabajaron sin descanso. Además de las decenas de árboles caídos, los postes y muros desplomados y los ventanales y hasta balcones y tejados que literalmente volaron y se vinieron abajo -dañando vehículos, cortando carreteras y causando riesgos para la circulación-, entre los problemas más graves destacan los destrozos que obligaron a suspender las clases en el CEIP San Salvador de Teis o los daños en el IES de A Guía, donde sí pudieron mantener la actividad, excepto la deportiva.

Y el caos no se quedó ahí. Llegó al transporte por tierra, mar y aire. En lo que se refiere al transporte ferroviario, éste se vio muy afectado, con notorios retrasos en los trenes de la ruta entre Vigo y A Coruña -ya por la tarde se acabó cortando el tramo entre Santiago y la urbe olívica-, así como con el corte de la línea entre Vigo y Ourense por desprendimientos de catenarias y caída de árboles. En cuanto al transporte de ría, los barcos entre la ciudad y O Morrazo no funcionaron durante casi toda la jornada. Y en Peinador, por la mañana hubo retrasos en vuelos y por la tarde al menos dos se cancelaron: el de Air Europa que debía aterrizar a las 19.50 horas tuvo que regresar a Madrid, con lo que la salida posterior desde Vigo tampoco pudo efectuarse. Los cortes de suministro eléctrico, muchos intermitentes, hicieron asimismo acto de presencia: en toda la provincia más de 60.000 familias llegaron a estar sin luz de madrugada, cifrándose en más de 21.000 al mediodía. La red semafórica sufrió múltiples apagones.

"Fue una noche, una mañana y una tarde muy dura", resumían en la Policía Local sobre la jornada de ayer. Desde la madrugada y durante la mañana -al mediodía hubo una ligera y corta tregua- estos agentes contabilizaron 217 incidencias. Por la tarde, hasta las 20.30 horas, ya sumaban otras 147. Una de las más destacadas, la del colegio San Salvador, obligó a suspender las clases. "Voló parte de la cubierta, un árbol se desplomó en el patio, hay cristales, vigas que se cayeron...; son muchísimos desperfectos", resumían en el centro. En el IES de A Guía también hubo destrozos, pero no afectó al desarrollo de las clases. "Se levantó parte de la cubierta, un ventanal de seis metros se fue contra la vivienda del conserje...", relataron allí, señalando que lo que sí hubo que suspender fueron las actividades deportivas en el pabellón.

Además de en colegios, la Xunta informaba de incidencias en otras instalaciones: filtraciones de agua en el centro sociocomunitario Rivera Atienza, la rotura de una persiana y un portalón en la residencia juvenil Altamar y otros problemas, ninguno grave, en el centro sociocomunitario de Bouzas y en escuelas infantiles de San Paio y Caeiro.

Vehículos

Las caídas de árboles y desprendimientos de ramas fueron una constante. También se desplomaron postes, ventanas, cristales, cascotes, chapas metálicas... Hasta el mediodía más de una quincena de vehículos habían resultado dañados por estos incidentes. ""Hasta doce personas llegaron a estar atendiendo llamadas en la emisora; afortunadamente, todo se gestionó bien", contaban en la Policía Local.

El tráfico se vio afectado no sólo por desplomes de árboles y otros objetos y el sinfín de contenedores desplazados, sino asimismo por las averías en el suministro eléctrico que afectaron a la red semafórica, en zonas como Isaac Peral, Vázquez Varela, Ramón Nieto, entre otras muchas. Entre los incidentes más aparatosos también está el desplome del gran tejado metálico de un edificio en Portanet -parte de la estructura impactó contra otro bloque de viviendas-. Además, se cayeron paneles del techo de otro inmueble en la calle Coruña, un enorme árbol en Coia o una valla publicitaria en avenida de Madrid. La galería de un edificio se derrumbó en Camelias. Los bomberos contabilizaron 130 salidas en toda la jornada. "En los 28 años que llevó es un auténtico récord", decía un efectivo.

También hubo accidentes de tráfico. Uno en la AP-9, el vuelco de un vehículo, obligó a cortar durante media hora la salida de Rande hacia O Morrazo. Acudió la Guardia Civil de Tráfico.

En otros concellos

En el resto del sur de la provincia la caída de árboles fue la tónica general. En Baixo Miño el incidente más destacado se produjo en A Guarda, en donde la Consellería do Mar, a través de Portos de Galicia, estableció "medidas de urgencia" para "garantizar la seguridad de los usuarios" del puerto tras el derrumbe parcial del dique de abrigo.

Los bomberos de Ponteareas, en Condado, comenzaron a atender las incidencias del temporal a las 4 de la madrugada, mientras que en Covelo se registró un accidente en la carretera de Paraños, donde un joven chocó contra el pino que el viento había tirado sobre la vía.

En la parroquia de Darbo, en Cangas, una rama de un pino manso de grandes dimensiones, situado en el atrio de la capilla de San Roque, cayó sobre el tejado del templo causándole graves destrozos. Corren riesgo las imágenes y todo lo que hay en el interior del templo, ya que quedaron expuestas a la lluvia.

En Nigrán, el oleaje derribó el paseo de madera de la playa de Prado, en Priegue, mientras que en Baiona, tras cerrar el acceso el jueves a la playa de A Concheira para evitar riesgos de accidentes de curiosos que se acercaban a contemplar el oleaje, el Ayuntamiento extremó las precauciones y acordonó el paseo Pinzón ante la afluencia de personas, entre ellas niños que se acercaban peligrosamente al litoral para disfrutar del espectáculo.

También hubo cientos de incidencias en la comarca de Redondela. Entre ellas, el cierre de la EP 1908 entre Soutomaior y Fornelos en el kilómetro 2,1 por la caída de dos eucaliptos.