El primer mes del año ha sido complicado en las urgencias del Álvaro Cunqueiro. Si el día 2 de enero el servicio alcanzaba el récord de casos de adultos desde que está en el nuevo hospital -con 466-, el lunes volvía a batir esta marca y alcanzaba los 474, un 41% por encima de la media, según datos del propio Sergas. Ayer, aunque algo más relajada, la presión continuaba, con 222 pacientes a la vez a primera hora de la tarde y con camillas y sillas de ruedas aparcadas en los pasillos. El principal problema se concentró en las largas demoras para ingresar y es que esta situación está poniendo a prueba la capacidad de hospitalización del complejo. De hecho, a primera hora de la mañana eran 45 las personas las que esperaban por una cama y, para darles respuesta, la Dirección del complejo se ha visto obligada a reabrir la última de las plantas que permanecía cerrada en el Meixoeiro. No la necesitaba desde la apertura del nuevo hospital, en verano de 2015.

Se trata de la tercera planta del Meixoeiro y, por el momento, solo se ha abierto la mitad -30 camas-, aunque la Dirección asegura que está en disposición de abrir la otra mitad y no descarta hacerlo si se mantiene la presión en urgencias. Estaba inicialmente reservada para pacientes quirúrgicos. Sin embargo, desde la apertura del Cunqueiro y ante el fomento de la cirugía sin ingreso en este centro, permanecía cerrada. Ahora se está usando para los enfermos de Medicina Interna y Geriatría que están entrando por urgencias y para los que ya no quedan camas en sus servicios. Para atenderla, el Sergas ha contratado a un internista, 12 enfermeras -dos por turno-, 9 auxiliares y un celador.

Los profesionales se preguntan cómo es que la Dirección esperó hasta ayer por la mañana para acondicionar estas 30 camas más y no tuvo la previsión de hacerlo el lunes por la tarde, al comprobar que las 22 habilitadas esa mañana no eran suficientes y que se acumulaban hasta 350 personas en las urgencias. A las 21 horas ya eran 17 las que estaban pendientes de ingreso y, a la mañana siguiente ascendían a 45 las personas que aguardaban para subir a planta. Desde la Dirección aseguran que la decisión de reabrir la tercera planta del Meixoeiro se adoptó la noche del lunes, pero que necesitaron hasta la mañana para dotarla de personal. Cuentan que, de hecho, programaron para primera hora del martes cinco ambulancias -cuando lo normal son dos- para hacer los traslados desde las urgencias hasta este centro.

Mientras, los pacientes pendientes de ingreso esperan en camillas saturando la zona de boxes y sobrecargando al personal, lo que aumenta las demoras en la atención. A las 17 horas de ayer aún eran 30 las personas en esta situación, aunque 22 tenían cama asignada en el complejo. El Sergas recuerda que, desde comienzos de enero, ha reforzado la plantilla en el turno de tarde de los lunes y los martes con un médico, una enfermera, un auxiliar y un celador más.

Para hacer frente a este pico de demanda, al cierre de esta edición, el Meixoeiro tenía operativa casi toda su hospitalización y en el Álvaro Cunqueiro se mantenían las 52 camas a mayores habilitadas a lo largo de las últimas semanas, desdoblando habitaciones inicialmente pensadas como individuales. El Sergas subraya que no ha tenido que recurrir a derivaciones a clínicas privadas o a suspender cirugías programadas, como sí hacía antes de que abriera el nuevo hospital.

Este aumento de la demanda asistencial se debe a que los coletazos del pico de la gripe y las infecciones respiratorias, como todos los inviernos, están descompensando a los mayores pluripatológicos, que son los que se trasladan al Meixoeiro. Además, se ha producido un aumento de los ingresos por traumatismos -hasta 22 solo el fin de semana- debido a las caídas provocadas por resbalones en un suelo mojado por la lluvia. CCOO denuncia que, ante la falta de camas en la hospitalización de Traumatología del Álvaro Cunqueiro, se están ingresando los casos de mujeres en la planta de Ginecología.