"En 20 años de ejercicio nunca había visto nada parecido". Con una larga trayectoria en la abogacía a sus espaldas, Tomás Santodomingo se refiere con estas palabras a un fenómeno que lejos de amainar parece que ha llegado para quedarse: el boom de las demandas contra los bancos por cláusulas abusivas y productos financieros complejos. Si se invita a este letrado y a otros juristas vigueses expertos en la materia a que echen la vista años atrás y describan qué margen de acción tenían en un juzgado cuando un cliente llegaba a su despacho con la intención de pleitear, por ejemplo contra una ejecución hipotecaria, la respuesta es unánime. "No teníamos materia para oponernos, se estaba a lo firmado y no había vuelta de hoja", coinciden. Echar un pulso judicial a la banca casi se podría decir que era entonces "perder el tiempo". Un panorama que nada tiene que ver con el actual. El giro ha sido radical. Con la crisis económica como caldo de cultivo, una conjunción de factores han resultado claves para que ahora sean los ciudadanos los que lleven las de ganar en los tribunales ante los abusos financieros. El clamor social y jurídico que generaron los desahucios, el escándalo de las preferentes y, de vital importancia, las sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) en materia de protección de consumidores han dibujado este nuevo escenario.

Los ciudadanos han perdido el miedo a pleitear contra los bancos. "Los clientes de toda la vida nos dejan sus hipotecas para que las revisemos y demandemos si vemos cualquier cosa abusiva", cuentan varios letrados. Evidentemente, estas demandas no sólo engrosan las estadísticas de los juzgados. También generan un aluvión de trabajo en los despachos de abogados. Por momentos casi inabarcable. Ocurrió de forma acusada con las preferentes y ahora, tras el reciente fallo de Luxemburgo sobre la cláusula suelo, los letrados atienden una avalancha de consultas de hipotecados que quieren recuperar todo lo que las entidades les cobraron de más. Los juristas saben que hay un nuevo nicho de mercado y están actuando en consecuencia.

"Como esto no hubo nada; ni los asuntos derivados de accidentes de tráfico, ni las separaciones y divorcios ni ningún otro es comparable al volumen de trabajo que nos generan estas demandas", afirma Carlos Borrás. El 40% de los casos que llevan en su despacho, Borrás y Parapar, son ya de materia bancaria. "Esto nos ha cambiado la dinámica, nos obliga a especializarnos; tienes que reciclarte y profundizar en algo de lo que antes hacías muy poco; en picos altos de trabajo, como con las preferentes, incluso tuvimos que subcontratar de forma temporal a compañeros", explica este abogado.

Tomás Santodomingo, de Viana y Asociados, explica que este escenario también les ha llevado a organizar el trabajo "de otra forma". "Hemos incorporado nuevos profesionales especialistas en productos bancarios", afirma el jurista, que señala que esta nueva estructura no será "coyuntural", advirtiendo del fenómeno de los despachos que abren franquicias en todo el país sólo para atender estas reclamaciones. Para este letrado, el sinfín de litigios contra los bancos es algo inédito. Pero tiene explicación: "Nunca habíamos conocido una situación de abuso similar contra los consumidores, como reconocen constantemente los tribunales y en un sector como el bancario que afecta a toda la ciudadanía", expone.

A favor de los ciudadanos

No sólo las preferentes y subordinadas en su momento, ni el suelo hipotecario ahora, protagonizan sentencias favorables a los ciudadanos. En los últimos 5 años, y a golpe de fallos judiciales, otros condiciones contractuales y productos bancarios han ganado la etiqueta de abusivos. Los altos intereses de demora, cláusulas como la de vencimiento anticipado o la de redondeo, ciertas comisiones habituales en los préstamos... También los swaps -contratos de protección de intereses-. Y se avecinan nuevas batallas. Sin una doctrina jurisprudencial aún clara que está dando lugar a sentencias divergentes, no son pocos los abogados que se animan a llevar a los tribunales casos en los que reclaman la devolución de los gastos e impuestos de constitución de la hipoteca. "Hemos tenido un incremento de clientes interesados en recuperar los gastos de formalización de la escritura", dice Cielo Martínez, de Rodríguez Gil y Asociados.

Adaptarse al cambio

En definitiva, resalta esta letrada, las circunstancias obligan a los despachos a especializarse. "Cada vez con más frecuencia, los clientes se interesan por saber las verdaderas condiciones en las que fue contratada su hipoteca; muchos descubren que tienen una cláusula suelo o de redondeo, o una hipoteca referenciada al Libor y con opción mutidivisa...", relata.

Con este panorama, no es raro que haya abogados que prácticamente sólo lleven litigios bancarios. Le ocurre por ejemplo a Pilar Vázquez, de Calixto Escariz Abogados, despacho con especialización desde su origen en esta materia. "El 80% de mi trabajo es ese", cuenta. Para esta jurista, el punto de inflexión que dio lugar a este boom de demandas fueron las preferentes y el clamor generado por las ejecuciones hipotecarias. "Hubo un movimiento social pero también hay que decir que los jueces se metieron de lleno, movieron las cosas", expone. Igual que esta letrada, Pablo Abalo, de Martínez Barros Abogados, cuenta que demandas contra los bancos hubo siempre: "Pero de que no te dieran la razón, de que fuera imposible en un 90% anular una cláusula, se pasó a lo contrario". Ahora, con el suelo hipotecario, si en su despacho es necesario reforzar personal "se hará". "Evidentemente, nos adaptamos a los cambios, a la realidad social y económica de cada momento", argumenta.

Tendencia

Hay abogados que llevan años volcados en estos litigios. Como David Alfaya. Su despacho, Asesority, aunque tramita también otras materias, está especializado en reclamaciones bancarias, como informan en su página web. "En 2016 el 60% de los casos que llevamos eran de esa índole; y este enero representan el 90%", describe. ¿Por qué este perfil de negocio? "Ante las preferentes y las sentencias que empezaron a estimar reclamaciones sobre cláusulas abusivas vimos una posibilidad de mercado", cuenta. Y cree que la tendencia se mantendrá: "No percibo un cambio significativo en los bancos; continúan con prácticas como la incorporación de la "cláusula cero" para no devolver dinero aunque el tipo de interés esté en negativo".

Daniel Arquero, de Arquero y Arce Abogados, ve clave el hecho de que los consumidores hayan "perdido el miedo" a litigar contra los bancos. "Antes había mucho cuidado de hacerlo por la autoridad que llegaron a tener en el ámbito social; eso ha cambiado, han tenido una pérdida total de credibilidad", afirma. Beatriz Davila, de Morgade, Davila y Álvarez, también aprecia que los ciudadanos "se animan" cada vez más a demandar. "Muchos clientes que tenemos de otras materias nos llaman para consultarnos cuestiones de su hipoteca; ahora por ejemplo hay interés por cómo está la cuestión de los gastos de constitución de estos préstamos", señala. Otros despachos, como Paseo de Alfonso Abogados, han enviado un correo electrónico a sus clientes ofreciéndoles revisar gratuitamente sus hipotecas para estudiar si tienen cláusula suelo y si pueden reclamar . "Muchos ya se han puesto en contacto con nosotros", afirma Alberto Martín.

Antonio Martiño, del despacho Mardoc, también considera básico "proporcionar información" a los clientes. Esta próxima semana se reunirá con colectivos a los que asesora legalmente en otras materias sobre cómo actuar con el suelo hipotecario.