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Oceanógrafos por el mundo · Veinticinco aniversario de la Facultad de Ciencias del Mar

Tania Lado Insua: "Nuestra red submarina nos ayuda a proteger las ballenas o predecir tsunamis"

"La investigación es multidisciplinar, tienes que ser capaz de interactuar con muchos campos"

Tania Lado, en el puerto de la ciudad canadiense de Victoria. // Michele Murphy

Inició su carrera investigadora estudiando corales en Puerto Rico desde una perspectiva genética y la continuó en Rhode Island (EE UU) en un nuevo ámbito, la ingeniería oceánica, que la llevó a participar en campañas de perforación por todo el planeta para descubrir la información que atesoran los sedimentos. Y en 2014 su directora de tesis y asesora de Obama en cambio climático, Kate Moran, le propuso seguirla al Ocean Networks Canada (ONC), una red de observatorios creada por la Universidad de Victoria, en la Columbia Británica.

-¿A qué se dedica ahora?

-He vuelto a cambiar y ahora soy responsable de proyectos. ONC es una organización sin ánimo de lucro y operamos el mayor observatorio submarino del mundo, Neptuno, cuyas estaciones, la más profunda situada a 2.600 metros, están unidas por 850 kilómetros de cable. También tenemos otros observatorios en el Ártico; el denominado Venus, en el Mar de Salish; y otros más pequeños en varias localizaciones. Solo EE UU cuenta con instalaciones similares. Cada estación dispone de una gran cantidad de instrumentos para medir datos oceanográficos y también con cámaras e hidrófonos para grabar sonidos. Y gracias al cableado nos podemos conectar en tiempo real a los datos y experimentos.

-¿Qué aportan este tipo de instalaciones a la ciencia?

-La oceanografía tradicional te permite tomar una foto de un lugar en un momento determinado, pero hay otras cosas que necesitas medir a lo largo del tiempo, tener una presencia continua para detectar cambios. Y esto te lo permite ONC.

-¿Qué tipos de investigaciones se realizan gracias a esta red?

-De todo tipo. Y la mayoría de proyectos los realizamos en colaboración con la industria, tienen una aplicación. Abordamos estudios de fauna, deslizamientos marinos, estado de la mar para temas de navegación y seguridad costera, detección de ballenas para evitar colisiones con embarcaciones, salud del océano, protección ante riesgos naturales... Recientemente, tuvimos a una investigadora forense que instaló varias carcasas de cerdos en el fondo marino para estudiar cómo se descomponen y qué organismos se alimentaban de ellas. Me ocupo de gestionar los proyectos, buscar financiación y de coordinar a las empresas e investigadores involucrados. Cada día es superdinámico. Es un trabajo muy bonito y, a veces, una locura (risas).

-¿Y en qué proyectos está involucrada actualmente?

-El más importante está relacionado con la detección de tsunamis. La recurrencia de la falla del Pacífico está sobrepasada y se espera que rompa relativamente pronto. Y en este campo trabajamos en varios proyectos. Unos están elacionados con la detección mediante sensores de presión de fondo, GPS o radares en tierra, que es algo muy innovador. Y en este caso colaboramos con la empresa canadiense ASL, la alemana Wera y las universidades de Hamburgo y Rhode Island. También desarrollamos modelos sobre tiempo de llegada, altura de olas y mapas de inundación de la ciudad de Port Alberni, que se encuentra al final de un canal inmenso y ya fue muy afectada por un tsunami en 1964. Cooperamos con otras empresas como IBM Canadá y con agencias gubernamentales como la NOOA de EE UU. Cada proyecto es una pieza del mismo puzle para detectar el tsunami y ofrecer una información muy útil a los servicios de emergencias.

-¿Fue la carrera de Ciencias del Mar una buena base para abordar tantos temas diferentes?

-Nunca imaginé que daría tantas vueltas de peonza (risas). La carrera fue un punto de partida fuerte y me dio la base en disciplinas muy diferentes, biología, geología, física... que acabé necesitando. Y cada vez más porque la investigación tiende a ser multidisciplinar y tienes que ser capaz de interactuar con expertos de otros campos. Estoy muy agradecida tanto a la Universidad de Vigo como a la Fundación Barrié, que me dio la oportunidad de desarrollar mi carrera en EE UU.

-Siempre ha estado fuera, ¿por preferencia o falta de oportunidades?

-Un poco por ambas. Me fui al acabar la carrera porque buscaba la experiencia y también porque debes irte para después tener una oportunidad en España, pero nunca sabes dónde acabarás. Alguna vez me he planteado volver pero no veo cómo. Sí mantengo la colaboración con la profesora Soledad García Gil y con su equipo, que estudian metano en las rías.

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