La celebración del Marisquiño en la ciudad, a mediados de agosto, deja cada año cifras espectaculares en cuanto a afluencia (unas 140.000 personas el año pasado) y también volumen de negocio ya que según los organizadores de esta cita con los deportes urbanos en 2016 este evento supuso un volumen de negocio en Vigo de 16 millones de euros y la ocupación al 100 por cien de las plazas hoteleras así como llenos en los restaurantes, cafeterías y aparcamientos del Casco Vello y el entorno de la zona del Náutico, donde se celebra este festival, que crece año tras año y que ya aúna además de deportes urbanos numerosas actividades paralelas entre las que destaca la oferta musical y artística.

Es la única que puede hacer sombra a la todopoderosa feria Conxemar y ambas son las citas más rentables del calendario anual vigués y solo el año pasado, el Marisquiño supuso 750 puestos de trabajo directos e indirectos.

El auge de esta cita, que en su XVI edición reunió a 1.300 deportistas, ha provocado una importante afición a los deportes urbanos en la ciudad, con las pistas de O Castro y Samil como referentes para la práctica de estos deportes cuyos aficionados también acuden a la Praza da Estrela, que no cuenta con instalaciones pero sí reúne condiciones necesarias para la práctica de estos deportes.