Un rostro sonriente y colorista en el centro de una especie de ola dará la bienvenida a los conductores que transiten por el túnel de Gregorio Espino. La segunda fase de humanización de esta calle incluye como aspecto más singular la creación de esas llamativas figuras con la composición de azulejos de pequeño tamaño. Con estos "elementos escultóricos" se taparán los muros de separación que delimitan en superficie el encaje del pasillo subterráneo al tiempo que la zona gana atractivo con una intervención artística distintiva y orientadora para los peatones.

El proyecto de esta humanización, que abarca el tramo comprendido entre las travesías Pino y la calle San Roque, ha sido diseñado por el Estudio A. Moreno, un arquitecto que "en anteriores intervenciones municipales ya había enriquecido la ornamentación urbana con originalidad", destaca el concejal David Regades. Para la reforma de Gregorio Espino plantea el trencadís -sistema cuya autoría se atribuye al maestro catalán Gaudí- para recrear esas figuras enclavadas en las entradas del túnel. "Rostros" que cobrarán vida al servir como soporte de los indicadores electrónicos que informan a los conductores de la velocidad a la que entran en el subterráneo. La composición azulejada también envolverá un armario de suministro eléctrico ubicado en superficie, en este caso, con la forma de un faro marítimo.

Adjudicadas en más de 400.000 euros, las obras de la segunda fase de esta humanización arrancan el próximo lunes. Con un plazo de cuatro meses incluye la renovación de la calzada y de la pavimentación de las aceras con bordes y losetas de granito; la colocación de nuevo mobiliario urbano y espacios ajardinados, así como la sustitución de todo el alumbrado público por postes y farolas más modernas.