El mapa municipal vigués adquirió una nueva dimensión cuando se consolidó la fusión, anexión o unión, términos que utilizan varios historiadores, con el Ayuntamiento de Lavadores. Eran los últimos días de 1941 y se terminaba un proceso que se había iniciado mucho antes y que se activó de manera definitivo hacía un año. Quedaron perfilados todos los detalles. Jesús Fernández Fernández, alcalde de Lavadores, y Jesús Suárez Llanos, regidor municipal vigués, fueron los encargados de pilotar esa transición. Hubo dificultades, todas superadas con mucho diálogo. En algunos documentos incluso se habla de "vocación de futuro".

Vigo quería crecer y Lavadores se había convertido en una zona especial. Poseía una larga trayectoria histórica. Durante algunas épocas estuvo enfrentado a Vigo, reclamando colaboración y protagonismo. Por ejemplo, cuando se fundó la Escuela de Artes y Oficios. El Ayuntamiento de Lavadores exigió plazas para los alumnos que vivían en su territorio a cambio de ofrecer una subvención. En Vigo se vio con recelo esta propuesta. O cuando el alcalde vigués quiso comprar el monte de A Guía y se encontró con una fuerte contestación institucional y social.

Vigo y Lavadores estuvieron unidos de manera simbólica y práctica durante muchos años. Del centro de la ciudad partía el llamado Camino Real. Era el inicio de una ruta que se convertiría en la carretera entre Vigo y Benavente, también conocida como carretera de Castilla. Atravesaba todo el barrio de Lavadores y su construcción resultó problemática ante la oposición de muchos vecinos. Las expropiaciones fueron numerosas. Era la ruta que se utilizaba para salir de Vigo hacia Castilla hasta que se construyó la avenida de Madrid y el nuevo acceso a Puxeiros.

Después de incorporar a los barrios de Teis y Bouzas, a comienzos del siglo pasado, muchas miradas se centraron en el pujante Lavadores. En el ahora barrio se concentraban poco más de 38.000 personas. Muchos de sus habitantes trabajaban en el término municipal de Vigo. Astilleros, marineros y empresas de construcción eran los lugares donde realizaban sus trabajos. Otras muchas personas se dedicaban a cultivar los campos. Los productos se vendían en los mercados vigueses.

Por todos estos motivos, principalmente, se le llamaba a Lavadores como "La pequeña Rusia". El esfuerzo diario de sus gentes, la solidaridad entre todos los vecinos y el carácter trabajador le llevaron a tener esta definición por parte de la sociedad.

Lavadores tuvo alcalde, casa consistorial, funcionarios y bandera durante 104 años. De todo ello se conservan muchos símbolos, aunque otros fueron desapareciendo con el paso del tiempo. Muchos historiadores consideran que fue la última gran fusión antes de establecerse el actual mapa municipal en Galicia. Vigo completaba con Lavadores un conjunto de incorporaciones en las que destacaban la de Teis y Bouzas, otros dos lugares emblemáticos con gran población y recursos económicos.