Javier Guerra fue de los primeros en abrazar a Elena Muñoz tras conocerse el resultado. El hasta ayer candidato a la presidencia del PP de Vigo le deseó suerte a la hora de capitanear el futuro de la formación y reiteró su convencimiento de que la presentación de más de una lista había sido "muy positivo" porque considera que "se reactivó la militancia, generó debate interno y obligó a confrontar ideas". A nivel personal se mostró "muy satisfecho" por haber ayudado a "revitalizar" un partido con alrededor de 5.000 militantes en la ciudad y ganarse el respaldo del 42,72% de los votantes.

El exconselleiro descartó que el congreso vaya a producir una "fractura" interna y aseguró que no percibe "ese espíritu" entre los afiliados que ayer participaron en la votación. Al menos en un primer momento, dio a entender que su intento de liderar el PP vigués e impulsar una profunda transformación está zanjado tras la victoria ayer de Elena Muñoz y optó por mantenerse en un segundo plano en el auditorio del Centro Social Afundación cuando la nueva presidenta hizo su entrada arropada por todos los cargos orgánicos del partido mientras sonaba el himno popular.

Guerra ya había dejado claras sus prioridades en el discurso de la mañana como candidato, donde pidió "más autocrítica" y apeló a los resultados electorales como primer síntoma de la "necesidad de cambio". Recordó que con el 34% de los votos cosechado por el PP en Vigo el 25-S Alberto Núñez Feijóo no hubiera sido presidente de la Xunta. El exconselleiro no rehúye de la etiqueta de crítico, tampoco ayer, y advirtió a la militancia de que el partido en la ciudad "no puede quedarse de brazos cruzados".

"El PP de Vigo debe salir de su zona de confort y lanzarse a recuperar a sus votantes. La fuerza de Caballero no es su partido ni su capacidad, son muchos de nuestros votantes que se han ido y a los que tenemos que dirigirnos para decirles que tenemos una alternativa ganadora para recuperarlos", subrayó antes de recordar que el partido se quedó con siete concejales en el Concello y señalar a Abel Caballero como "el único rival" en todo el proceso de elección interna. "El adversario está fuera, no dentro del partido". Esta es una de las ideas en las que coincidió con su contrincante, Elena Muñoz, ante la que volvió a apostar por una "gestión eficaz del tiempo" frente a una dedicación exclusiva al cargo de presidente del partido que fue una de las bazas esgrimidas por la ahora nueva presidenta durante la campaña.

En su opinión, el PP de Vigo debe construir un discurso propio y autónomo. "Que seamos un partido fuerte, ganador, líder y no seguidista es lo mejor que podemos hacer por la dirección provincial y la gallega", destacó Guerra, que coincidió con el resto de protagonistas de la jornada en aprovechar el congreso para reivindicar el trabajo del PP en la ciudad. "Somos el partido del hospital, el que dejará una Ría completamente saneada, el del AVE, Vulcano o Barreras. Somos los que más hacemos por Vigo", afirmó en su discurso como candidato.

Horas después y tras reconocer la victoria de Muñoz, Guerra mantenía su espíritu crítico pero "constructivo" y emitió un comunicado en el que reiteraba su deseo de que el PP "escuche a sus afiliados y a los ciudadanos para actuar en función de los intereses de Vigo". Se mostró "muy orgulloso del trabajo realizado" y animó a los suyos a trabajar "por fidelidad a unos ideales de honestidad y de no resignarse ante una situación adversa".