Cuando, de niña, la ourensana Ángeles Jorreto viajaba a Vigo ya olía el mar desde Puxeiros y lo primero que hacía al llegar a la ciudad era visitar el puerto. Años después, se convertiría en un tema recurrente en las obras de esta artista afincada en Vigo, que ha donado una de sus marinas al área sanitaria viguesa para obsequiar a los profesionales que se jubilaron a lo largo de este año.

En "O mar das Cíes" evoca las aguas bravas del océano y es que no suelen ser dulces las que plasma en los lienzos. Ayer, explicaba a los 125 profesionales que recibieron una réplica -en serigrafía- numerada y firmada de esta obra que la escogió especialmente para ellos, por ser "gente que termina una etapa y empieza otra". Entiende que las islas es lo que "cierra" el mar tranquilo de la ría, pero "más allá de ellas se abre otro camino". Eso sí, más agresivo que el que el futuro que se les presupone a los que ayer se despidieron de la sanidad pública tras décadas trabajando en ella. El original se expondrá en el hall del Hospital Álvaro Cunqueiro, junto a los que en ediciones anteriores cedieron Pedro Solveira, José María Barreiro y Jorge Castillo, con el que algunos le encuentran semejanzas.

El de Jorreto es un arte de texturas que logra con interminables superposiciones de unas bases creadas con pintura acrílicas y cubiertas con óleo, a modo de "transparencias". Numerosas capas que "no se mezclan" sino que "se repelen". Ese es el efecto que busca Ángeles con su técnica mixta.

Con sus trazos no concreta realidades, las sugiere. La doctora en Historia y crítica de arte María Fidalgo destaca su "delicadeza extrema en el tratamiento de los matices del color y el abandono

casi absoluto del acomodo del dibujo" con lo que consigue "una sensación etérea".

Ángeles no sabe en qué estilo encajar su arte -"es más dulce que el expresionismo, quizá un figurativo abstracto, no sé"-, pero tampoco es algo que le preocupe ni un ápice, confiesa en el nuevo estudio que está montando en Vázquez Varela. Esta autodidacta, que ha vivido rodeada de arte desde muy pequeña, realizó su primera exposición en 1989. Desde entonces van más de un centenar de muestras tanto a nivel nacional como internacional. Pero tras más de tres décadas, no deja de experimentar -ahora está probando con vinilos y filtros de vino-. "Nunca hay que dejar de hacerlo", enfatiza.