Aumentar los ingresos del Celta es el objetivo final de Mouriño, que admitió ayer que no le sirve un Balaídos sin aparcamiento. "No es un proyecto funcional", indicó Mouriño, que puso como ejemplo el hecho de que "hay 4.000 abonados pero que no pisan sus asientos". "Tal vez si hubiese estacionamiento se animarían a ir al campo", dijo.

También aspira a contar con zonas comerciales como las que explotan otros clubes y recordó que tanto la tienda como el bar del Celta siguen cerrados a la espera de recibir las licencias.

"Entre los ingresos por los palcos y los aficionados, el equipo más próximo nos saca más de 4 millones de euros", manifestó el presidente, que remarcó la importancia de "paliar esas desigualdades" con ingresos "extraordinarios". "Por eso necesitamos Balaídos", reiteró para acto seguido subrayar que si compra el campo garantiza que "mientras dure el Celta no se recalificará" y recordar que esa posibilidad no estaría, en todo caso, en manos del club sino de la administración pública correspondiente. "No puede haber un pelotazo porque renunciamos a eso", insistió.

Durante el turno de preguntas, que se prolongó cerca de una hora, algunos de los asistentes priorizaron la construcción de la ciudad deportiva antes que un nuevo estadio "que tal vez la ciudadanía asocie a un pelotazo urbanístico", le dijeron. En respuesta, Mouriño señaló que no da preferencia a una opción sobre otra. "Es una vergüenza que nuestros juveniles estén jugando en ese campo de hierba sintética. Somos los primeros en verlo y en saberlo", admitió Mouriño, que presumió de contar con una de las mejores canteras de la Liga pero denostó las instalaciones del club en A Madroa. "Tenemos dos campos de fútbol para 300 niños. Queremos un equipo femenino pero ¿dónde juega, dónde entrena?", se lamentó.