El presidente del Celta, Carlos Mouriño, prosiguió entre la comunidad universitaria su campaña informativa para exponer sus propuestas de futuro para el club. Ante una treintena de personas, reiteró lo dicho en sus últimas apariciones públicas y dio a elegir entre la compra del estadio de Balaídos o que le den un permiso para construir uno nuevo en la ciudad para lograr el ansiado arraigo que evite, dijo, que en un hipotético futuro el equipo pueda marcharse de la ciudad ante la globalización que también está dominando en el mundo del fútbol.

No precisó una ubicación aunque el presidente señaló que "podría hacerse en los terrenos de Álvarez o en cualquier otro lugar". "Pedimos que nos hagan propuestas, que nos digan dónde podemos hacerlo, incluso estamos dispuestos a poner en marcha un concurso de ideas aunque algunas fuesen disparatadas para ver cómo podemos hacerlo", indicó. Al respecto, se negó a concretar una ubicación aduciendo que desde el club ya se han realizado muchas propuestas y ninguna se pudo llevar a cabo.

"Se dice que son intereses económicos, pero si fuese así ya hubiese vendido al equipo", manifestó Mouriño, que aseguró que el Celta tiene que "aprovechar el momento, tenemos la oportunidad a tiro, necesitamos crecer y no depender de nadie para tomar nuestras decisiones". Así, pidió aprovechar la "ventaja de cuatro o cinco años" que el Celta tiene sobre los otros equipos que todavía no han resuelto su situación económica como sí ha hecho el club vigués y lograr un estadio en propiedad, ya sea con la compra de Balaídos o construyendo un nuevo campo.

Con respecto a la primera posibilidad, subrayó que es factible la posibilidad de que se haga un concurso público para adquirir Balaídos ya que, reiteró, con el proyecto actual no sirve a los intereses del club. "Había estacionamiento en el proyecto original y lo han quitado", lamentó Mouriño, que volvió a comprometerse a que si compra el estadio en una subasta pública "a renunciar de por vida a una recalificación de Balaídos en el momento de la firma".

En cuanto a la posibilidad de construir un nuevo estadio, también en la ciudad con una inversión de 50 millones de euros, remarcó que solo pide "un permiso" y que de nuevo es posible ya que, pese a no contemplarse en el Plan General, "se puede acudir a la ley expres de la Xunta" para este tipo de actuaciones "especiales". "Hay leyes que permiten lo que nosotros pedimos, no estamos jugando con la ilegalidad, queremos ser tan legales como el que más", dijo.

En todo caso, recordó que aunque seguirá intentando arraigar al Celta en Vigo, no se descarta la posibilidad de atender ofertas de otros municipios limítrofes que sí le darían facilidades para construir un nuevo estadio. "He lanzado abiertamente la petición a cualquier concello que pueda aceptar esta idea, esperemos que alguno nos conteste", afirmó.

En el turno de preguntas, algunos de los asistentes hicieron hincapié en la importancia de priorizar la construcción de la ciudad deportiva y la cantera antes que un nuevo estadio "que tal vez se asocie a un pelotazo urbanístico". En respuesta, Mouriño les recordó los proyectos frustrados de Bembrive, Valladares o Álvarez y remarcó que no se ha dejado de lado pero "puede ocurrir que si algún municipio de alrededor quiera que hagamos un campo de fútbol en lugar de hacer solo una ciudad deportiva".