Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un pequeño bar gana la primera batalla a la SGAE en Vigo

Es la primera sentencia en la urbe olívica en que se desestima una demanda de la sociedad de autores - El juez declara la invalidez de las actas de visita presentadas por la entidad

José Manuel Otero, ayer, feliz en su bar. // Marta G. Brea

Un caso en el que David ha logrado ganar la batalla a Goliat. El Juzgado de lo Mercantil 3 de Pontevedra, con sede en Vigo, ha desestimado la demanda presentada por la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) y otras dos entidades que gestionan derechos de propiedad intelectual contra el propietario de una pequeña cafetería de Vigo, el café bar Manolo de la calle Zamora. Las tres sociedades le reclamaban 1.135 euros alegando que en el televisor del local reproducía programas de televisión que contenían sintonías y fondos musicales que forman parte del repertorio protegido que gestionan: citaron concretamente El Programa de Ana Rosa y Sálvame, ambos de Telecinco. Pero tras la celebración del juicio el magistrado ni siquiera tuvo que entrar en el fondo del asunto, ya que rechazó la petición por una cuestión formal: la "falta de rigor y diligencia" de las actas de visita al establecimiento realizadas por la representante de zona de la sociedad de autores. Y no se trata de una resolución cualquiera, ya que es la primera vez que el tribunal vigués, al que competen los asuntos de esta materia, rechaza una demanda de la SGAE. Y es que la tónica general es o bien la estimación de las mismas o que los casos se resuelvan con un acuerdo económico entre las partes antes de llegar a una sala de vistas.

La demanda que ha ganado José Manuel Otero Fragueiro, propietario de este bar de calle Zamora, se presentó en marzo. Estaba promovida por la SGAE, que le reclamaba 841 euros, así como por la Asociación de Gestión de Derechos Intelectuales (AGEDI) y la Asociación de Artistas, Intérpretes o Ejecutantes Sociedad de Gestión de España (AIE), que pedían otros 294. La solicitud se sustentaba en que en dicho local, alegaban, se venía haciendo uso "del repertorio de obras y soportes" gestionados por los demandantes, sin pagar el canon establecido para ello.

El hostelero decidió ir a juicio. Su abogado Daniel Borrás, del despacho Borrás y Parapar, presentó un escrito oponiéndose a la demanda, señalando que se trata de un bar que no tiene música, sino únicamente una tele que se utiliza primordialmente para emitir informativos y partidos de fútbol. Y en todo caso programas que, explicaba ayer el letrado, están contemplados en el artículo 201 del reglamento de la SGAE como exentos del pago. En la vista oral la entidad se aferró a que la sintonía de cabecera y ciertos fondos musicales de algunos de los espacios que se referían en las actas de visita, como El Programa de Ana Rosa o Sálvame, sí tienen derechos de autor.

Pero el juez ya no tuvo que entrar a decidir sobre la cuestión. La demanda fue rechazada por una cuestión formal que también había alegado el abogado del dueño del bar: la "no validez" de las actas de visita al bar presentadas por la entidad, un total de seis en las que la representante de la SGAE que afirmaba haber ido a la cafetería reflejaba que en determinados intervalos horarios, sin especificar hora exacta, en la tele del local se reproducían los programas antes citados o, en otra ocasión, una serie de Cuatro.

El magistrado, en coincidencia con el letrado del demandado, aprecia, tras escuchar a la inspectora, "signos de falta de rigor y diligencia" en el acta que presentó al reconocer que las horas que ponía eran "orientativas" y no respondían "a la realidad". "No debe insistirse mucho en que el acta debe ser fiel reflejo de aquello que se expone y por ello ante las manifestaciones de la propia redactora deben las actas aportadas no tenerse por ciertas", dice el juez, que desestima íntegramente la demanda y además impone a las sociedades reclamantes, si las hubiera, las costas procesales.

"¡A ver si voy a tener que quitarle el volumen a la tele!"

El propietario afirma que en el local solo se ve "fútbol y las noticias"

  • Lo que hace un año era indignación, ayer se tradujo en una enorme satisfacción. "Cuando me llamó el abogado y me dijo que habíamos ganado el juicio a la SGAE casi que ni me lo creía", reconoce José Manuel Otero, dueño del bar Manolo, pequeño local situado a escasos metros del Hospital Povisa. No era muy optimista al inicio del proceso, pero reconoce que lo "injusto de la situación" lo animó a continuar y pleitear. "Yo leía periódicos y miré noticias y la SGAE siempre ganaba todas las demandas, pero me daba mucha rabia tener que pagarles por las sintonías de los programas de televisión. Mi abogado me animó y emprendimos la vía judicial", relata este hostelero vigués una vez conoció el contenido de la sentencia emitida por el Juzgado de lo Mercantil de la urbe olívica.Las cabeceras de Sálvame y El Programa de Ana Rosa fueron las "causantes" de esta disputa judicial. "Generalmente llego a mi negocio y enciendo la tele. No estamos casi ni mirando para ella, solo para ambientar. ¡A ver si ahora voy a tener que quitar el volumen cuando salgan las canciones! No tiene sentido", bromeaba Otero, quien se opuso desde un primer momento a llegar a un acuerdo con la Sociedad General de Autores y Editores."Los inspectores que se presentaron aquí me dijeron que tenía que pagar 20 euros al mes para escuchar sus sintonías por estar protegidas por derechos de autor. Me citaron para una mediación pero ni acudí, fuimos a juicio directamente", afirma el dueño del Bar Manolo, en la calle Zamora. Reconoce que en sus 15 años en el mundo de la restauración nunca le había pasado algo semejante. "Si tuviera puesto Los 40 Principales o mi cafetería fuera de horario nocturno podría entenderlo. Pero cerramos a la 22.30 horas y solo atendemos a las noticias, el resto lo ponemos por poner, para que haya ambiente", insistía el hostelero.Tras negarse a acudir a una primera comparecencia con la entidad, se celebró dos semanas atrás un juicio del que José Manuel Otero salió satisfecho. "Yo estaba tranquilo, sabía que no había hecho nada malo", reitera el propietario de la cafetería, quien reconoce que muchos otros bares prefieren pagar antes que terminar en pleitos. "Como la SGAE siempre gana, muchos locales ya pasan de enfrentarse a ellos por miedo a más gastos y terminan pagando los 20 euros o los que pidan. Ojalá esta sentencia sirva de precedente para muchos negocios", señalaba satisfecho Otero, quien también fue felicitado por clientes de su bar. "Yo no mentí en nada, dije lo que había y lo que veía en televisión. Y no creo que eso sea un delito", sentencia.

Compartir el artículo

stats