Las explicaciones de Carlos Mouriño también llegaron a los abonados del club a través de una carta en la que ratifica que "el Celta no fue vendido, no cambió de manos ni ahora mismo ni se está ultimando ninguna operación de venta".

También tiene duras palabras para el Concello de Vigo al que se acusa de "impedir la puesta en marcha de proyectos alternativos" en Bembrive y Cabral o la universidad del deporte prevista en el Colegio Hogar.

En la misiva, remarca que el gran reto es "dotar al Celta de futuro" antes de que los demás clubes terminen de pagar sus respectivas deudas y el Celta se vea obligado a rebajar sus objetivos deportivos por la diferencia de ingresos que habrá entre unos y otros.

Por ello, justifica la petición de compra de Balaídos que, asegura, impediría que durante al menos diez años el club cambie de manos. "No hay especulación posible detrás. Balaídos nunca dejará de ser el estadio del Celta. Solo Concello y Xunta pueden cambiar esa realidad, no el club, ni su propietario ni sus accionistas", subraya Mouriño, que asegura que el clubn "renunciará a la recalificación presente o futura de los terrrenos" si finalmente logra la compra .