Cuarenta y ocho horas después de reunirse con el alcalde Abel Caballero para reiterarle su intención de comprar Balaídos y de recibir un no rotundo por respuesta, el presidente del Celta, Carlos Mouriño, reunió ayer en el estadio a sus consejeros y una parte del personal del club para transmitirle exactamente la misma idea: su deseo de adquirir la instalación municipal.

Durante el encuentro el mandatario celeste anunció que pelearía "con todo" para defender su iniciativa, con una campaña en la calle y organizando actos sociales. El objetivo es convencer a los ciudadanos, incluso aportando "documentos" , de que el futuro del Celta pasa inexcusablemente por la adquisición del estadio. En todo caso, también advirtió que en el caso de que finalmente fracasase, vendería su paquete de acciones mayoritario y abandonaría el club.

La intervención de Mouriño fue escuchada por la mayoría de su consejo de administración, su staff administrativo (directores de departamento), personal técnico (entrenadores, fisios, recuperadores, etc.) así como operarios que habitualmente trabajan tanto en el estadio como en los campos de A Madroa.

El presidente arguyó que la única forma de preservar el futuro de la entidad -llegó a alertar de una posible "desaparición"- es hacerse con patrimonio y en particular con el estadio, por lo que intentará, como adelantó ayer FARO, atraerse, el apoyo de asociaciones, colectivos, peñas e instituciones.

Pese a que ni el alcalde ni ningún grupo político apoya su iniciativa, Mouriño lanzó ayer un mensaje de cierto optimismo al calificar de "factible y posible" una adquisición que, a su juicio, también le reportaría un beneficio a la ciudad al ahorrarle costes económicos.

En todo caso, el responsable del club también fue claro al anunciar que si la venta no se consumaba, él se desharía de sus acciones y dejaría la entidad. Un fondo inversor chino con el que ya se había contactado y establecido negociaciones preliminares, sería el gran favorito para convertirse en el nuevo dueño del club. Mouriño ha decidido acelerar su propuesta a dos semanas de la junta general de accionistas, en la que, sin embargo, no se incluye en el orden del día ese posible traspaso de titularidad.

Ajeno a esta iniciativa, el alcalde refrendó, una vez más, que el estadio es "de todos los vigueses y no está a la venta". Caballero fue tajante: "Balaídos no se va a privatizar. Es un campo público que usa de forma gratuita el Celta. No entiendo por qué lo quiere comprar".