Por Navidad, la Asociación de Amigos de la Ópera programa "Brundibár", una obra infantil con una conmovedora historia detrás. Su compositor, el checo-alemán Hans Krása, la compuso en 1938, pero el ataque alemán a Polonia impidió su estreno, hasta el invierno de 1942, en un orfanato de Praga. El autor, deportado al campo de concentración de Terezín con otros intelectuales de la época, la representó allí en 55 ocasiones para entretener a los niños prisioneros y que consiguieran hacer volar su imaginación. A su representación en Vigo, el 18 de diciembre, asistirá una de estas, de las pocas que sobrevivió al holocausto nazi.

Esta producción es una colaboración de la Asociación de Amigos de la Ópera de Vigo con su homóloga de Santiago, donde se representará el día anterior. La ópera de Krása, con libreto de Adolf Hoffmeister, ha sido traducida al gallego por Katerina Vlasakova, de la Universidad de Santiago de Compostela, con la colaboración de la embajada de la República Checa en Madrid. Fernando Reyes y Cándido Pazó se encargaron de la adaptación musical. Este artista polifacético vigués también se hará cargo de la dirección de escena y de un monólogo introductorio. La Escolanía de la Catedral de Santiago de Compostela, dirigida por José Luis Vázquez López, pondrá las voces y, la Orquesta Praeludium, la música, bajo la batuta de Mateo Iglesias Seoane.

Esta ópera cuenta la historia de dos hermanos que necesitan comprar leche para su madre enferma, pero no tienen dinero. Para conseguirlo, deciden imitar a Brundibár, el oganillero del pueblo, pero este los echa de la plaza. Un gorrión, un gato, un perro y el resto de los niños los ayudarán a lograrlo. Los menores de Terezín interpretaron estos personajes más de medio centenar de veces.

Terezín, a 60 kilómetros de Praga, era una antigua guarnición militar situada en Checoslovaquia que fue convertida por los nazis en un gueto en el que se confinaba a políticos, artistas, ancianos y niños judíos. Muchos de ellos fueron trasladados luego a Auschwitz, como el compositor Hans Krása, al que mataron en la cámara de gas al llegar.

Calculan que por este campo pasaron 15.000 niños, para muchos de los cuales esta representación supuso una vía de escape para su imaginación, como se recogieron en numerosos dibujos. El diplomático de la embajada de la República Checa en Madrid Stanislav Skoda, traerá algunos de ellos a Vigo con motivo de esta actuación.