En el área sanitaria viguesa, sin la población que corresponde al Hospital Povisa, fallecieron el año pasado 4.406 personas. Algo más de diez por cada millar de habitantes. La mitad de ellos exhalaron su último aliento en el Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi).
En concreto, el 52,2% de los decesos se producen en la red de hospitales públicos vigueses -en 2015, el Xeral, el Meixoeiro, el Nicolás Peña, el policlínico Cíes y el Rebullón y, a partir de agosto, el Álvaro Cunqueiro-, mientras que el resto lo hacen en sus hogares, residencias o clínicas privadas.
Como una de las medidas para "humanizar" el final de la vida de las personas, el Sergas quiere que, cada vez, un mayor número de ellas transcurra en un lugar más agradable que el hospital. Entre los retos para el futuro fija potenciar la posibilidad de que sucedan en las casas de los pacientes o de sus familiares.
Otro de los objetivos que figuran en el plan estratégico que se está debatiendo para Vigo es potenciar la unidad de cuidados paliativos, ubicada en el Meixoeiro.
